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El plato principal de una agenda electoral puede variar cada momento, lo que no varía, sino que se ha convertido en una constante, son las malas notas sobre la inseguridad que se viven nuestros pueblos, todos los días ocurre un crimen peor que otro, robos, hurtos, lesiones, violaciones, una verdadera descomposición social, algunos dicen que es producto del capitalismo, otros estamos convencidos que en Venezuela desde el gobierno están haciendo las cosas mal y los resultados están a la vista. Esta misma semana como algo que se ha convertido en costumbre asesinaron a dos buenos venezolanos, trabajadores de la tierra, padres de familia y forjadores de patria, me refiero al horrendo crimen del fundo La Esperanza en esta zona Oeste del Estado Anzoátegui.
En horas de la tarde cuando salían de la extenuante jornada pecuaria, fueron abordados por este grupo de delincuentes que opera y se pasean libremente por toda el área rural cuales guerrilleros en Colombia y en menos de cuatro horas la noticia de la desgracia llegó a los hogares de los familiares y amigos, fueron vilmente asesinados, la rabia de los delincuentes fue descargada con toda la furia, sobre la humanidad desarmada de estos nobles productores.
Estos desenlaces fatales son los que cobran mas centimetraje de medios, pero la extorsión y el secuestro ocurren a diario con la mirada cómplice de las autoridades, no hay planes de prevención y son muchos los casos en que las victimas ni siquiera denuncian porque el hampa los mantienen en jaque y a punto de quiebra con el cobro de vacunas a estos trabajadores del campo.
Este delito mixto que lesiona la libertad individual y la integridad de las personas, conjuntamente con el tráfico de droga son la peor plaga que ha caído en estas tierras de Dios, ya que la negativa a las pretensiones de los criminales arroja como resultado a la muerte, tortura, ultraje u otro desmán del que será victima el privado de libertad.
Todos debemos protestar ante esta terrible situación, organizarnos y armarnos para la auto-protección, muchos dirán que caeremos en la anarquía, pero ante tanta indefensión debemos hacer algo, lamentablemente no contaremos con los dirigentes del gobierno porque están castrados, no pueden proponer, menos criticar de forma constructiva, solo se arrechan e imputan descalificaciones a quienes levantamos la voz en contra de estos gobiernos ineficientes.
La historia se repite y cuando no es que aparecen muertos los plagiados, resulta que los familiares pagaron todos los ahorros de su vida, y pa´ colmo, presentan a la víctima con una gorra del Dibise, declarando a los medios que las "ratas" lo trataron bien y además el
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Ministro de Relaciones interiores, con una gorra similar, aprovecha y dicta cátedras de cifras de criminalidad que son pura coba.
La injusticia, el alto grado de impunidad y la conchupancia de algunos funcionarios públicos con el narcotráfico y el hampa organizada hay que derrotarla, los ciudadanos debemos actuar, los planes de prevención y educación deben aplicarse, pero el peso de la Ley y la represión donde haga falta debe reivindicarse, nosotros, los que estamos en contra de esta praxis cancerígena somos mayoría, pero esta minoría “privilegiada” que comete delitos impunemente está tocando las puertas a cada uno de los hogares venezolanos.
El Presidente Chávez reiteradamente asoma el tema de las milicias, de allí se desprende la necesidad de emplazarlo a que este ejercito que para nosotros es virtual, a que salgan a las calles, caseríos y a las ciudades y coadyuven a las fuerzas policiales y militares a ponerle un “parao” al hampa, no se puede seguir alcahueteando la impunidad, no es posible que los venezolanos nos hallamos acostumbrados a leer los periódicos de atrás hacia adelante, es decir comenzar revisando cuantos fueron los muertos del día anterior, debemos desprendernos de cualquier brazalete político y sin complejo alguno poner nuestro grano de arena para salir de este atolladero.
Por Emilio Guzmán Rojas / @Emilio_Guzman