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Todos tenemos un día que queremos desaparecer del calendario. En promedio nos llega una vez por semana sin previo aviso. Viene, te jode y se va, igual que el perro del vecino cuando caga en la puerta de tu casa. Todos tenemos un mal día y es un sacramento respetarlo. Y una forma de respetarlo es dejando a la víctima en paz. Y como hoy me tocó ser la víctima, les extiendo una guía básica con respuestas anticipadas para que dejen de preguntar boludeces y de dar consejos que ni a ustedes mismos les gustaría recibir.
1. “Haz ejercicio para que no tengas esa cara. Correr genera endorfinas y te hace feliz”.
Un escritor, creo que fue José Saramago, preguntó algo así como: “¿Por qué a los intelectuales siempre les aconsejan hacer ejercicio, pero a los atletas nunca les aconsejan leer un libro?”.
2. “No importa que tengas ese cuerpo, yo a tu edad era igual a ti y ahora mírame”.
No me alienta en absoluto.
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3. “¿Para qué vas a la psicóloga?”.
Porque ella no me pregunta estupideces.
4. “Escribes bien. Quizá yo no sé interpretar lo que publicas”.
…
5. “Te ves solo… ¿Ya probaste suerte en Tinder?”
No estoy solo, pero una vez entré a Tinder y te encontré. Y apreté el botón de rechazar.
6. “¿Ya compraste tu ‘depa’? ¿Ya tienes camioneta? ¿No te vas a casar? ¿Ya te licenciaste?”.
¿Ya terminaste? No, cuatro veces no.
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7. “¿Todavía funciona tu VW Escarabajo de 1982?”
A la perfección.
8. “Pero tranquilo. Con ese carro puedes decir que eres hipster”.
Ahora sí lo pongo en venta.
9. «¿Por qué elegiste ese oficio si sabías que no da plata?».
Los periodistas que trabajan únicamente por el dinero son los culpables de que exista una audiencia ignorante, a la que perteneces tú, por ejemplo.
10. “Vive el presente, ya que el pasado quedó atrás y el futuro está por venir”.
No me conviene. En ese presente estás tú, ahorita, haciendo esas preguntas.
La lista podría continuar, pero las respuestas, en días como hoy, estarían acompañadas de algún acto violento, así que no se arriesguen:
Hazle caso a tu mamá. No seas ingrato. Visita a tu abuela. Fumar te hace mal. Compra solo lo necesario. ¿Cómo no te va a gustar el fútbol? No hagas tantas preguntas, las respuestas del mundo se pueden acabar. No conseguir lo que quieres es algunas veces lo mejor que te puede pasar. Valórate. Tiene una línea de crédito pre-aprobada con la que podría adquirir el vehículo que tanto desea o hacer ese viaje que necesita para escapar de la rutina.Debes comer fruta por las mañanas para mejorar tu digestión y que no tengas esa cara de cansado. No le tengas miedo al perro. Por Juan Pablo León.
Fuente [Espacio360.com]