12 falsos mitos de la nutrición aprendidos de tu madre - Lea Noticias

12 falsos mitos de la nutrición aprendidos de tu madre

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¿Comer espinaca te hace crecer?, ¿La zanahoria mejora la vista?, ¿El chocolate causa acné?, estas son algunas afirmaciones que escuchamos desde pequeño. Descubre qué tan reales son cuando se derrumben los mitos.

12 falsos mitos de la nutrición aprendidos de tu madre

Si vives en estado de pánico pensando que las vitaminas de tu zumo de naranja desaparecerán en el limbo de los nutrientes si no te lo bebes (casi) directamente del exprimidor, sigues comprando los plátanos casi negros porque, según tú, así alimentan más y le quitas la miga al pan porque no quieres reventar el sujetador… ¡Basta! Ha llegado el momento de que te plantes y cuestiones todo lo aprendido. Te ayudamos a descifrar qué mitos son ciertos y cuáles no de todos aquello que tan segura predicaba tu madre.

¿De dónde vienen estos viejos mitos?

Las madres de los años setenta tuvieron un importante hándicap: habían escuchado demasiadas historias sobre el hambre porque sus madres habían vivido una guerra y una posguerra donde la buena alimentación era un concepto inalcanzable. De ahí que en ocasiones este tema les obsesionara, hasta el punto de llegar a sobrealimentar a sus hijos. «Es importante tener en cuenta que para ellas, por entonces, un niño robusto era sinónimo de saludable. En Europa se empezó a estudiar Dietética a nivel universitario a partir del año 1945, fecha en que se fundó el Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad de King´s College en Londres. Así que, si hacemos números, vemos que la Nutrición y la Dietética son disciplinas demasiado jóvenes como para que dos generaciones de mujeres (nuestras abuelas y madres) se hayan empapado de los conceptos correctos», advierte Verónica Rodríguez Orellana, directora de Coaching Club.

Independízate
Aunque tu madre se empeñara en darte pan con todo, no se saltara la fruta después de comer, te obligara a tomar leche caliente antes de dormir o cualquier otra de estas costumbres (pelín) desfasadas, ya puedes ir por libre. Frente al plato, puedes tomar tus propias decisiones. Los expertos te ayudan en la ardua tarea de desdecir de tu madre.

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De postre, fruta
Toda la vida ha sido así: después de terminar primer y segundo plato, tu madre te atizaba una gigantesca raja de sandía. ¿Realmente era necesario? ¿Qué opinan los expertos en nutrición de este siglo?

Mejor fuera de las comidas principales
«Es mejor tomar la fruta en el desayuno y en los tentempiés, pues de postre fermenta con más facilidad el azúcar (fructosa) que contiene y genera gases e hinchazón abdominal», opina la Dra. Amil López, creadora de la dieta coherente.

Después de la leche, nada eches
Nuestra mente visualizaba un auténtico cortocircuito gastrointestinal ante el simple hecho de comer cualquier cosa después de beber un vaso de leche, sobre todo si se trataba de fruta. ¿Estaba fundamentado este miedo?

Ni caso
«Según este dicho popular, la leche se corta en el estómago si se mezcla con el zumo de la fruta y puede resultar peligroso para la salud. No tiene ninguna justificación», advierte Itziar Digón, coach nutricional de TACHA (913076829)

Si quieres crecer fuerte, come espinacas
La imagen de Popeye abriendo una lata de espinacas, engulléndola en un segundo con el consiguiente aumento de su biceps caló en la cultura infantil de los años setenta. ¿Realmente los niños deben comer tantas espinacas?

Verduras, siempre
«La intención de este dibujo animado era motivar a los niños a incorporar verduras a su alimentación, lo cual es digno de agradecer», afirma Itziar Digón. Al no ser una verdura demasiado popular entre el público infantil, es habitualmente mezclada con salsas hipercalóricas de las que tampoco conviene abusar. Quizá es mejor empezar con judías verdes con tomate, brócoli, tortilla de acelgas, etc.

La zanahoria mejora la vista
¿En serio creías que emulando a Roger Rabbit ibas a desarrollar visión nocturna? Atenta a la explicación:

Sí, pero no tanto
«Es cierto que la zanahoria es rica en betacarotenos (precursores de la Vitamina A) y este compuesto es muy importante para nuestra visión. Pero una dieta variada y equilibrada ya cubre nuestras necesidades de Vitamina A y, por tanto, una vez que el cuerpo tiene la cantidad que necesita no generar más. Por tanto, no vas a ver mucho mejor», explica Anabel Fernández, dietista-nutricionista.

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Antes de dormir, un vaso de leche
«Es correcto asociar la leche con el sueño por su contenido en triptófano, un aminoácido que interviene en la creación de melatonina y serotonina, dos hormonas que nos ayudan a dormir (aunque este proceso puede llevar horas y, por otro lado, la carne, el queso o el pescado pueden contener incluso más cantidad de triptófano que la leche)», apunta Anabel Fernández. «Nuestras madres no sabían esto del triptófano ¡ni les importaba! Lo único que veían es que caíamos en un profundo sueño. Puede ser porque formaba parte del ritual antes de dormir… Puro efecto placebo», concluye.

Nunca con galletas
«Es cierto que la leche favorece el descanso, pero añadirle unas galletas lo convierte en una bomba de calorías en un momento del día en el que se queman con dificultad», puntualiza Amil López.

Dos horas de digestión antes de bañarte
¿También a ti te sometían a la tortura china de quedarte mirando a un punto dos, cuando no tres, horas antes de dejarte ir al mar o a la piscina? Esta crueldad infinita no tenía demasiado fundamento.

Come poco y sumérgete despacio
«El temido corte de digestión se provoca por los cambios bruscos de temperatura. Esto quiere decir que si no has comido mucho, te puedes meter al agua de una forma gradual», advierte Itziar Digón.

El plátano, mejor si está blando y negro
¿Más rico o más nutritivo? He ahí la cuestión…

Verde y tieso alimenta igual
«¡Ojo con el punto de maduración de la fruta! Cuanto más madura, más fructosa acumula y más dificulta mantener el nivel de azúcar e insulina en sangre, lo que boicotea la pérdida de peso y favorece procesos inflamatorios», sentencia Amil López. «El plátano verde tiene más almidón, por lo que es más recomendable para reducir el impacto sobre el azúcar en sangre», afirma Verónica Orellana, directora de Coaching Club.

Las lentejas no alimentan si no llevan arroz
Fue la primera lección de cocina que te dio tu madre cuando te fuiste de casa: echa un puñado de arroz en las lentejas. ¿Por qué? ¿Tiene alguna justificación nutricional?

La combinación perfecta
Sí. Esta vez tu madre no se equivocaba. «Mezclar cereales y legumbres permite combinar aminoácidos para obtener proteínas de alto valor biológico, pues los cereales y las semillas son deficientes en lisina y las legumbres y frutos secos en metionina», predica Amil López. Un truco: con una cucharada de arroz a una olla de lentejas es suficiente. También se puede obtener el mismo beneficio tomando un pedazo de pan con el potaje.

El chocolate provoca granos
De toda la vida se ha dicho. ¿Qué hay de verdad?

No es el chocolate, eres tú
«Pese a su mala fama, diversos estudios demuestran que ni el chocolate -ni ningún otro alimento como los embutidos- tiene nada que ver con las impurezas de la piel. El causante de los granos es la grasa que produce la piel, algo que está íntimamente ligado con las hormonas, no con los alimentos ingeridos», advierte Verónica González Orellana.

Si no te bebes rápido el zumo pierde las vitaminas
¿Por dónde se escaparían? Atenta a la explicación:

¡No corras!
«La vitamina C del zumo de naranja actúa como antioxidante y, si la vitamina se oxida, pierde sus virtudes. Esta oxidación empieza cuando el zumo entra en contacto con el oxígeno del aire al cortar la naranja para exprimirla, pero pueden pasar varias horas hasta que termina de oxidarse. No se pierde todo en unos minutos; las vitaminas están ahí durante horas», concluye Anabel Fernández.

Fuente: [hrpersbazaar.com]

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