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La pandemia provocada por el COVID-19 sigue su paso por el mundo y Panamá, donde cada vez son más las personas afectadas e impactadas por los efectos que ha generado en el aspecto económico.
En el caso de la población de extranjeros en el país, la realidad es dura, los golpea severamente y genera una gran preocupación, según Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de Residentes y Naturalizados de Panamá (Arena). Detalla que muchos ciudadanos extranjeros han sido despedidos sin que se respeten los derechos laborales, algunos no se les pagará el décimo tercer mes y otros quedaron solo con lo poco que tenían.
«Todo eso representa una situación desastrosa, porque adicionalmente, al no tener trabajo, están siendo lanzados de los cuartos de alquiler donde viven», por lo que hace un llamado a las autoridades para que garanticen que la ayuda les llegue a todas las personas que lo necesitan. Manifiesta que hay un gran porcentaje de personas que piden que se haga lo posible para que haya vuelos humanitarios y así poder retornar a sus países de origen.
El mismo caso se repite con las empleadas domésticas donde les han pedido que dejen de trabajar sin que se les garantice que podrán volver a sus trabajos una vez se controle la pandemia o se levante el estado de emergencias. De acuerdo con Rodríguez, se trata de personas de diversas nacionalidades entre los que destacan dominicanos y venezolanos, los que se encuentran en esa situación.
Manifestó que, aunque el presidente ha dicho que a los extranjeros también se le va a entregar ayuda, eso no es lo que está sucediendo en la práctica porque hay casos en que se les niega la entrega de una bolsa de comida por el simple hecho de no ser nacional.
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Por otra parte se refirió al caso de los refugiados quienes también han quedado desamparados en cierto modo, ya que la entidad que tiene que ver con la atención de ciudadanos que es la Oficina Nacional para la Atención de Refugiados, está cerrada.
Según Rodríguez, en Panamá hay 65 mil refugiados.
