Candelariazos: «El desgobierno de Aristóbulo», por @BarretoSira

Identidad + compromiso = Buena Gestión… La fórmula no se equivoca, cuando un gobernante está identificado con su pueblo, con su cultura, con la tierra, cuando un mandatario está en sintonía con los anhelos de sus ciudadanos y, además de ello, posee un compromiso de vida para lograr las metas colectivas de una comunidad siempre se podrá coronar los esfuerzos con los éxitos comunes de una buena gestión.

Lastimosamente la realidad es otra en este momento en Anzoátegui, como en buena parte de nuestra Venezuela, el egocentrismo militante del Partido Socialista Unido de Venezuela ha llevado a colocar en “tierras a extrañas” a profetas del desastre.

Hoy en Anzoátegui vemos al gobernador, Aristóbulo Istúriz, más perdido que Adán el día de las madres. El residente del Palacio de Los Jardines en sus ya casi dos años al frente de la Gobernación no ha podido llevar a buen puerto su gestión.

La crisis sanitaria que se vive es cada vez es más aguda, mientras que la inseguridad sigue galopando por la senda de un libertinaje promovido desde las altas cúpulas del poder.

Lo que está ocurriendo en los Hospitales de la entidad, las carencias de servicios públicos óptimos, el caos en materia de escasez, inseguridad y calidad de vida es producto de la falta de una vinculación real entre los gobernantes de turno con la gente en los barrios y urbanizaciones.

Vemos, con hondo pesar, que el oficialismo cree que no importa la identidad con el pueblo para gobernarlo, cuando la savia de la conducción pública está basada en la empatía entre quien posee la responsabilidad de dirigir y aquellos que aspiran a una dirección responsable.

La gobernación de Anzoátegui está de hecho acéfala, porque su conductor desde hace mucho que no se ve por las comunidades.

Como es bien sabido por todos a él le apasionan más los pleitos internos dentro del Alto Gobierno que lo que padece Doña Juana, por ejemplo, allá en Las Charas, en Puerto La Cruz, donde tiene problemas con el suministro del servicio hídrico y eléctrico.

El señor gobernador se ha centrado en hacer anuncios estrambóticos mientras las comunidades de Barcelona, Puerto La Cruz, Guanta, Anaco, El Tigre siguen abandonadas.

Responsablemente desde nuestra tribuna en el parlamento nos vemos en la obligación de hacerles un llamado a las autoridades pertinentes para que se ocupen de su tarea que no es otra que servirle a los anzoatiguenses.

Anzoátegui se encuentra como un barco sin timón. La ausencia de un buen capitán está dejando huellas nefastas en todas partes. ¡El pueblo necesita respuestas y debe exigirle más acción a aquellos que contaron el apoyo de éste para ser electos en sus cargos!

La administración pública no es para servirse del pueblo, sino para servir a nuestra gente.

La grave situación de la falta de identidad y compromiso se dibuja en muchos de los rincones de nuestra amada Venezuela, vemos gobernadores oficialistas que no les interesa para nada el bienestar de sus estados, así como alcaldes plenamente desligados de sus gobernados, como ejemplo lo que ocurre en el municipio Sotillo con Magglio Órdonez y en Freites con su alcalde madurista, ambos aquí en Anzoátegui.

El caos que se vive en el país se debe en gran medida por el fracaso de la administración de Nicolás Maduro, quien no ha dado la talla para solventar los problemas del país y también es consecuencia de la jactancia pesuvista de colocar gobernadores y alcaldes indolentes que sólo le interesa el poder para vanagloriarse así mismo, sin importarles nuestro pueblo.

¡Tiempos mejores vendrán en camino! La Mesa de la Unidad Democrática debe tomar un rol mucho más activo en la calle, cerro arriba, para acompañar las demandas de más soluciones y menos demagogia que están exigiendo las comunidades.

Por Antonio Barreto Sira