Corto y Picante: «¡Aleluya!», por @fariasjoseluis

Aunque todavía le caben críticas de forma y fondo, porque sigue con serios problemas de coherencia y conducción, es justo reconocer que la MUD, al «congelar el diálogo», dio un giro importante ante el gobierno.

La primera reacción de Maduro es que él no se va a «parar de la mesa», como si con esa actitud resolviera lo planteado, que lo reduce a supuestas «presiones de radicales de la oposición en el país y el exterior». Estos últimos atribuidos a María Conchita Alonso, Robert Alonso, J J Rendón y al «Tea Party», una afirmación tan risiblemente estúpida que no la cree ni la «Primera Combatiente».

Ni los llamados «mayameros» ni los ciudadanos que en el país blanden sus críticas contra la MUD somos culpables de la suspensión del diálogo. Ese «casquillo» de Maduro dirigido a fracturar a la oposición no le va a funcionar.

Los ciudadanos que ejercemos la crítica contra la MUD lo hacemos asfixiados por la crisis creada por el gobierno y también porque es nuestro derecho. En la oposición, a diferencia del gobierno, no nos callamos, disentimos, afirmamos nuestra pluralidad no para «presionar» sino para mejorar.  Esto vale para quienes, con todo derecho, no creen en la MUD, como para quienes la respaldan.

El único responsable del fracaso del diálogo es Maduro y su desgobierno. Quien se ha negado a atender las demandas irrefutables de la MUD para meter el país por el camino de la paz. Mientras tengamos al repugnante de Diosdado soltando sapos y culebras por la boca, a Rodríguez Torres ordenando masacrar estudiantes en las calles y a Maduro respaldando todas esas acciones no hay nada que esperar del «diálogo». Esperamos que lo de la MUD no sea un simple amago sino un acto de firmeza frente a un gobierno corrupto, falso e incapaz.

Ravell escribió en twitter: «La MUD le suministró oxígeno a un Gobierno que estaba en terapia intensiva. Pareciera que ahora si reaccionó. ¡Aleluya!» Coincido.

José Luis Farías / @fariasjoseluis