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Investigadores de Georgia Tech tomaron una batería regular Li-Ion y — en un acto que es infinitamente más sencillo escribir que poner en práctica — reemplazaron las divisiones entre electrodos con una película de difluoruro de polivinilideno, lo que provoca un efecto piezoeléctrico que permite generar electricidad por medio de una presión mecánica externa.
En este caso, los científicos pusieron esta batería en la suela de un zapato y lograron crear electricidad por medio de una simple caminata.
Por supuesto, el logro es absolutamente una prueba de concepto, pues la cantidad de energía es muy limitada en comparación con las necesidades que nuestros hambrientos equipos electrónicos tienen, por lo que ahora mismo trabajan en aumentar este poder por medio de más baterías bajo el zapato.
Sin embargo, esto es un gran avance considerando que en el futuro esto podría propiciar nuevas formas de alimentación eléctrica útil para nuevos equipos que — quizás — requieran de energía constante para poder ser usados en todo momento y en todo lugar, y sin la necesidad de una batería enorme.
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