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Al momento de escribir esta columna de opinión resta tan solo 16 días para las elecciones presidenciales de este 7 de octubre. Las cartas están echadas, las propuestas están dichas, las opciones están claras, sólo resta que usted apreciado lector ejerza su derecho al voto y marque con su decisión que lo acontecerá en el país en los próximos años.
Sin ningún tipo de pretensión quisiera esbozar rápidamente los razonamientos que me han llevado a decidir mi voto en favor de Henrique Capriles Radonski. Creo, dentro de mi juventud, que la alternativa que tenemos los venezolanos es la que encarna el abanderado de la unidad nacional, es él el aspirante que nos habla de recorrer un camino de esperanza, es él quien nos presenta una real opción de crecimiento y de desarrollo nacional e individual.
Capriles Radonski es el candidato del mañana, es el representante de esa Venezuela que necesitamos con urgencia para cambiar la triste realidad que hoy padecemos; los venezolanos deseamos una república donde existan servicios de calidad, donde tengamos garantizada nuestra integridad física, económica, social y humana, necesitamos un gobierno que no hable tanto, pero que haga más, y todo esto lo personifica el flaco caminante.
Voy a votar por Capriles sencillamente porque él ofrece una Venezuela para todos, él nos plantea que debemos trabajar hermanados para conseguir la construcción de una nación que sí esté acorde con las bondades de esta tierra.
Ahora bien, también quisiera con la misma rapidez y simplicidad que exprese las razones, más emotivas que razonadas, de mi decisión de aupar a Capriles, voy a manifestarle cual profeta de computadora del siglo XXI lo que sucederá en el país en ambos escenarios posibles:
1-. Un triunfo de Chávez agudizará la actual situación económica que ha empobrecido a millones de venezolanos, una posible, y espero que siempre hipotética, reelección de la actual gestión traería consigo el desplome de la estabilidad social de la república, no porque nadie incentive acciones desestabilizadoras, como las llama el régimen, sino que el propio pueblo saldrá en masa a reclamar por unas condiciones de vida más humanas, lo que pudiese precipitar en menos de 3 años al gobierno.
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2-. En el escenario, que Dios mediante será el que vivamos los venezolanos, del triunfo de Henrique Capriles Radonski, vendrá un tiempo difícil, que velozmente será superado gracias al concierto de todos los venezolanos, ante esto no descarto el muro de contención que el oficialismo actual impondrá para tratar de impedir el arranque efectivo del nuevo gobierno, pero este obstáculo, como tantos otros en el pasado reciente, será superado para el bien de todos los venezolanos.
Por José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano