"El show debe continuar", por @NoelValderrama - Lea Noticias

«El show debe continuar», por @NoelValderrama

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Primer acto: La mañana del sábado 5 de enero del presente año, estaba el Vicepresidente de la República desde lo más alto de la tribuna de la Asamblea Nacional, como un César, mientras abajo los diputados se enfrentaban, cual gladiadores, en medio del hemiciclo como si se tratase de un coliseo romano. A cada discurso del oficialismo, Nicolás Maduro levantaba la mano y aplaudía disfrutando de la batalla que se desarrollaba en ese momento.

Segundo acto: El nuevo César venezolano, no está solo (aunque lo quisiera), le acompaña Diosdado Cabello quien, con una fuerte influencia dentro del Psuv, se niega a aceptar la idea de complacer a su “padre” político, Hugo Chávez, de dejar en el poder a Maduro y organiza una nueva batalla parlamentaria para dar un discurso cargado de odio, radicalismo, improperios y amenazas, que le hace erigirse como líder chavista, mientras le “permite” otorgar la ausencia no temporal ni absoluta del Presidente de la República, para juramentarse.

Tercer acto: Hoy día, los diferentes sectores del país se hacen varias preguntas. La primera: ¿Por qué el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no acepta la interpretación más sensata de la Constitución Nacional de que se declare la falta temporal por la evidente ausencia del Presidente de la República para que asuma Cabello y ratifique al tren ejecutivo donde continuaría Maduro como Vicepresidente? Pues, tal vez ellos tienen una información que el resto de los mortales no sabemos sobre la salud del Presidente y que daría una explicación lógica para la existencia de ese temor de que Cabello asuma el mandato presidencial que pudiera extenderse a 180 días y luego convocar a elecciones, un tiempo que innegablemente ayudaría a Cabello  a asumir el liderazgo dentro del sector “oficial”.

Las pugnas (y desconfianzas) entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello  obligan al TSJ a eludir su compromiso con la Constitución Nacional para facilitar que estos dos aterradores personajes se dividan el país, mientras su líder ¿agoniza?

La verdadera razón de todo el andamiaje constitucional que movió al Estado venezolano para “legitimar” una decisión absurda e ilegal fue  permitir que uno y otro ejercieran el control del poder nacional para evitar que el “perdedor” termine desplazado del liderazgo chavista.

Y es que por primera vez, nuestro país es gobernado por dos personas y además intentándolo hacer sin el que fuera su más admirable líder, ese que consideraban insustituible, que llamaban “padre”, pero que ahora utilizan su imagen, sus palabras y hasta su voz, para ascender en el poder y sustituirlo.

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Cuarto acto: ¿Cómo se encuentra el estado de salud de Chávez y en qué condiciones mentales y físicas? De   todos los sectores del país, es el militar el que se pregunta si el Presidente de la República  puede ejercer su irrenunciable responsabilidad como Comandante en Jefe.

Quinto acto: La tercera pregunta y, quizás, la más importante de todas: ¿Podrá este Triunvirato entre Maduro, Cabello y el recuerdo de Chávez, sobrevivir a la insustituible idea de Chávez, de que después de él venía la nada? Es decir, ¿podrá existir un chavismo sin Chávez? ¿Podrá este trío mantener la estabilidad del país y cumplir con las demandas del pueblo, sin poder recurrir a la excusa que usaba Chávez de que lo engañaban, o no sabía lo que pasaba a su alrededor? Pero a Chávez, sus seguidores  le creían todo. Maduro y Cabello no son Chávez, aunque lo digan y usen su imagen. ¿Qué pasará cuando el chavismo exija conocer el estado de su líder? ¿Cuál será el final de esta obra?

Noel Valderrama

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