“El síndrome del aburrimiento” por @tbaute - Lea Noticias

“El síndrome del aburrimiento” por @tbaute

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– Hola Soraya, ¿cómo estás?

– Muy bien.

– ¿Y los chamos?

– Chévere, bueno digo yo que chévere. Dicen que están aburridos

– ¡Qué casualidad! Ricardo también me dice que está aburrido

Uno no entiende cómo los chicos de esta época pueden sentirse aburridos. Videojuegos, computadoras, celulares, cámaras de video, juguetes de última generación… y un sinfín de artilugios tecnológicos a su disposición para ser manipulados y disfrutados. Sin contar con los interminables canales televisivos por cable o satélite a los que acceden con apenas mover el pulgar.

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No importa si su hijo tiene 4 años o ya pisa los 13 años, la respuesta es la misma: estoy aburrido. Es un síndrome que ataca a cualquier infante o púber del siglo XXI, y si no le ha pasado, prepárese para escuchar tal lamento, porque cuando lo dicen se percibe una queja, como si uno tuviera culpa de ese aburrimiento. Y hasta cierto punto, es verdad, tenemos una indudable responsabilidad.

Algunos progenitores por la moda, otros por la comodidad de delegar su rol a un aparato y unos cuantos por complacer los caprichos de la prole, adquieren todos los dispositivos de divertimento que inundan al mercado. ¡Que no quede ningún aparato sin comprar!

No estoy renuente a los adelantos tecnológicos que en muchos aspectos nos facilitan la existencia, mas considero que existen otras facetas de la vida que como padres debemos mostrar a los chamos. Qué tan malo puede ser pasar una mañana dominical leyendo una historieta de animales en la cama o inventar un fantástico juego en el cual el niño se convierte en un delfín y usted en una ballena. Es muy simple y no cuesta nada de dinero.

Para los más grandes, funciona una conversación en la que no seamos la voz cantante, sino más bien los oídos atentos para escuchar con todos nuestros sentidos aquello que emociona o inquieta a nuestros hijos. Compartir la hermosa vista de un atardecer o dejarnos llevar por el sonido de las gotas de un torrencial aguacero en compañía de “esos enanos”, no tiene precio.

Thairy Baute

Twitter: @tbaute

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