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A Katyia Rowe le dijeron que el cerebro de su bebé no se había formado adecuadamente y que nunca caminaría o hablaría y que necesitaría atención las 24 horas. Pero después de verlo en tiempo real, haciendo burbujas, pateando y moviendo los brazos tomó la decisión de tener a su bebé.
Trágicamente Lucian, como ella lo llamó, murió nueve horas después de que él naciera, informó el diario londinense Daily Mail. 
Katyia Rowe y su compañero Shane decidieron tener al bebé a pesar de las complicaciones, diciendo que el niño merecía vivir.
A pesar de la terrible experiencia, la sra. Rowe dijo que no se arrepentía de haber tenido al bebé, pues tuvo la enorme dicha de abrazar a su hijo.
La sra. Rowe, de Telford, Shropshire, Inglaterra, se enteró de que estaba esperando un bebé en marzo del año pasado. El bebé parecía estar bien, pero a las 20 semanas se revelaron las complicaciones.
A las 24 semanas la pareja tomó la decisión de tener al bebé, convencidos de que el niño merecía vivir. Luciano nació el 23 de octubre del año pasado. Antes de su muerte, su madre lo abrazó y e incluso conoció a sus abuelos.