Noruega acude hoy a elecciones que pueden acabar con la hegemonía laborista

Todo se acaba. También para Jens Stoltenberg, dos veces primer ministro noruego, como para su partido, el Laborista, que desde 1928 domina la res pública del país escandinavo. Y es que Noruega acude hoy a las urnas para votar a sus representantes en el Storting (Parlamento) y aunque los últimos sondeos, según el diario Aftenposten, arrojan un empate técnico entre laboristas y conservadores serán éstos últimos quienes obtengan el poder gracias a una previsible coalición anti-socialista.

«Lo más importante es que nunca ha habido una señal tan clara», explicó el pasado jueves la líder conservadora, Erna Solberg, a los corresponsales extranjeros, para formar una coalición anti-laborista de cara a las elecciones. Compuesta por el propio Partido Conservador, el Partido del Progreso, el Partido Demócrata Cristiano y el Liberal, esta potencial alianza en el poder no las tiene todas consigo: En este cuarteto desafina el Partido del Progreso, la populista extrema derecha a la que en su día perteneció Anders Breivik. Además, existen diferencias básicas en los programas de las cuatro formaciones.

¿Una nueva Angela Merkel?

De hecho, en asuntos sustanciales y sensibles como la exploración de petróleo en Lofoten y Vesteralen, los conservadores están más en sintonía con sus archirivales laboristas que con sus potenciales socios, que se niegan absolutamente. «En un país pequeño como Noruega, estamos de acuerdo en muchos puntos», concede Solberg, a quien comparan con Angela Merkel. Es incuestionable, por ejemplo, el estado del bienestar, tan arraigado en el país que forma parte de su etos.

Lo que les distancia es, en cambio y a grandes rasgos, el sector privado, los impuestos, y la educación. Al actual primer ministro, Jens Stoltenberg, a pesar de que durante sus dos legislaturas el país ha gozado de prosperidad, estabilidad y respeto internacional, algunos le reprochan el aumento de la burocracia así como el escaso gasto público e inversión en sanidad o educación.

Noruega posee el mayor fondo soberano del mundo procedente de sus recursos petroleros, cuyos beneficios destina a asegurar el estado del bienestar de las generaciones venideras. Éste invierte fuera del país para no recalentar la economía nacional. La contención en ese gasto es la principal diferencia entre la izquierda y derecha que, de llegar al poder, aspira a gastar más y a reducir los impuestos.

Política exterior y Unión Europea

Mientras que la política exterior, sin embargo, permanecerá básicamente inalterable, la gran distancia entre conservadores y demás fuerzas políticas noruegas, indistintamente de su color, es la relación del país con la Unión Europea, tema junto con la presencia militar en Afganistán que no se ha mencionado durante la campaña electoral.

Noruega contribuye con 240 millones de euros anuales a Bruselas con el fin de acceder al mercado único de la Unión Europea, cuya adhesión ha rechazado en dos ocasiones. Pese a que el Partido Conservador es el único proUE se sabe, sin embargo, que descarta un nuevo referéndum de acceder al poder.

[Fuente: Elmundo.es]