Historias de viaje: "Recordar la historia del cine corriendo por Barajas" (II) (por @MarijoEscribe) - Lea Noticias

Historias de viaje: «Recordar la historia del cine corriendo por Barajas» (II) (por @MarijoEscribe)

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Antes de comenzar el segundo capítulo de estas “Historias de Viaje” quiero agradecer a todos los que comentaron, vía redes sociales, sobre la primera parte de esta serie que bien podría llamarse “La Balada del Viaje a Londres”; aunque el episodio de hoy tiene lugar en la Madre Patria donde, por cierto, hacía “madre frío” y me llevé “madre susto”.

Salvador-Dali-de-Iberia

Como recordarán, Enrique y yo salimos desde Venezuela hacia Inglaterra, con la noble intención de visitar a su familia. Salvador Dalí (así se llama el avión) cumplió su palabra y nos llevó sanos y salvos hasta el aeropuerto Internacional de Barajas, donde haríamos la conexión hasta Heathrow (UK).

¿Recuerdan la anécdota de cómo tengo que correr cada vez que “salgo” de algún sitio? Bueno. Como despegamos de Maiquetía con retraso, estábamos a punto de perder el otro avión; así que en Madrid nos ha tocado andar tan rápido, y de manera tan dramática, que al fondo podía escuchar la canción de “Carros de Fuego” y la voz de César Miguel Rondón diciéndome “¡Corre!”.

 

Cuando llegamos a Inmigración nos sorprendió la cola pero, a diferencia de las colas venezolanas, esta se movía tan rápido que prácticamente la hacías caminando.

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Enrique pasó por la taquilla de ciudadanos comunitarios y en cuestión de minutos estaba del otro lado, listo para acercarse a la puerta de embarque y montarse en el avión. Obviamente yo he tenido que hacer la cola de “todos los pasaportes”, que era bastante más larga pues en un vuelo proveniente de Latinoamérica la mayoría de los pasajeros no suelen ser europeos.

Una pared de vidrio nos separaba. Valiéndome del lenguaje gestual que como buena venezolana domino, “le hice señas” de que ya me faltaba muy poco. Ese gesto mío, y el movimiento afirmativo de su cabeza indicando que había recibido el mensaje, fue la única comunicación que sostuvimos ese día en el aeropuerto pues, acto seguido, “me le perdí”, no aparecí, ¡no me vio más!

Termina de leer esta crónica en el blog de @MarijoEscribe: marijo.es

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