Un camarero de 28 años fue declarado muerto en la provincia egipcia de Luxor tras haber sufrido un infarto mientras estaba trabajando. Los médicos del centro hospitalario determinaron la muerte del joven y el cadáver fue entregado a su familia, según informa la agencia Associated Press (AP).
El cuerpo del joven fue trasladado a su localidad de origen, mientras los familiares se dispusieron a preparar el cadáver para su entierro siguiendo el rito islámico, es decir, bañar al fallecido (Gusul) y amortajarlo (Takfín).
Antes de proceder a sepultarlo, el médico de la localidad encargado de firmar el acta de defunción, se extrañó al ver como el cuerpo del "fallecido" se encontraba aún "caliente".
Así, tras comprobar que el joven aún seguía vivo, el médico se dispuso a reanimarlo, aunque su trabajo no finalizaría ahí, ya que la madre se desmayó al ver a su hijo "revivir", consigna ABC.es