Steve Jobs fue un personaje de la vida moderna que siempre será recordado por sus creaciones y las batallas que tuvo que pelear en lo que respecta a su salud.
Una de esas ofensivas, que pocos conocieron, fue la que llevó con sus vecinos por una de sus propiedades, informa el sitio weburbanist.com.
¿El motivo? El CEO de Apple quería demoler una propiedad que, para varios ciudadanos, se trataba de un patrimonio de la ciudad: la Mansión Jackling, en la ciudad de Woodside, en el estado de California, en los Estados Unidos.
¿Por qué era tan importante la casa? Resulta que este lugar fue construido en 1925 como residencia para el barón de la minería del cobre, Daniel Jackling Cowan y su familia.
Estuvo a cargo del arquitecto, George Washington Smith quien la diseñó y la construyó, logrando una impresionante mansión de mil 580 metros cuadrados en un zona popular de la colonia española de aquellos tiempos.
En 1984, Steve Jobs compró la casa y vivió en ella durante diez años; luego, decidió mudarse y rentarla. Pero, en el 2000, los inquilinos dejaron el lugar y Jobs optó por no pagar su mantenimiento, lo que provocó su deterioro.
Los años pasaron y la Mansión Jackling se volvió uno de los inmuebles abandonados más ostentosos de los Estados Unidos.
Después de algún tiempo, a Jobs se le ocurrió que sería mucho más fácil demoler la propiedad que seguir manteniéndola, pues resultaba ser muy costosa.
En el 2004, Jobs dio a conocer sus planes a las autoridades de Woodside y éstos accedieron a que la derrumbara y construyera un nuevo hogar, y es aquí cuando entraron los vecinos a la disputa, pues varios ciudadanos del pueblo se manifestaron en contra de la acción que quería emprender Jobs, ya que consideraban que la Mansión Jackling era un patrimonio histórico de su ciudad.
Ante la situación antes señalada, se formó el grupo Uphold Our Heritage ("Defender nuestro patrimonio"), el cual se opuso a la demolición de la edificación.
Sus seguidores iniciaron demandas contra Steve Jobs y contra el mismo ayuntamiento de Woodside, alegando que ninguno de los dos había tomado en cuenta el valor histórico de la casa y que desaparecerla sería borrar una parte de la historia.
La batalla duró del 2004 al 2011; Jobs se enfrentó a sus vecinos por medio de sus abogados que una y otra vez tuvieron que ir a la corte en busca de los permisos para la destrucción de la casa.
El litigio parecía no tener fin, pues años y años las dos partes expusieron sus razones: Jobs, por ejemplo, dijo que le salía más caro seguir cuidando la casa y que demolerla y construir una nueva; mientras que sus oponentes insistían en que se trataba de una especie de monumento histórico.
Al final, el creador de Apple ganó la querella y el ayuntamiento de Woodside le otorgó todos los permisos necesarios para hacer lo que quisiera con la casa, la cual, después de todo, era de su propiedad.
Esto fue en 2011, así que unos meses antes de su muerte -murió el 5 de octubre- la casa fue derrumbada.
De la Mansión Jackling quedó sólo un recuerdo. Afortunadamente, se logró captar algunas imágenes del lugar cuando se peleaba qué hacer con él.
Las instantáneas fueron captadas por Jonathan Haeber, quien en 2007 irrumpió en el que fuera hogar de George Washington Smith y Steve Jobs, para tomar algunas fotografías del lugar abandonado, en el que las paredes se estaban cayendo y la naturaleza se estaba apoderando de ella; dos características que la hacían lucir como un sitio "embrujado". Y son precisamente esas imágenes las que presentó De10.mx a lo largo del artículo.