Era lo último que le faltaban a las tensas relaciones entre China y Japón: algo de contaminación de por medio. La alarma se ha desatado en Japón ante el avance hacia el país de la nube de contaminación que afecta casi permanentemente a China, asegura AFP. Los ciudadanos han saturado la página web del ministerio de medio ambiente japonés en busca de información, preocupados por el impacto que la nube tóxica puede tener en la salud. Como muestra un gráfico debajo, buena parte del sur de Japón ya está cubierto por la contaminación procedente del país vecino.
Según un oficial del ministerio de medio ambiente japonés, «ha sido imposible desde la semana pasada acceder al sistema de monitorización de la contaminación en el aire, y el teléfono no ha parado de sonar porque la gente está preocupada sobre el impacto en la salud».
La contaminación en determinadas zonas del oeste de Japón ha sobrepasado ya en los últimos días los límites marcados por el gobierno. El viento hace además que la niebla tóxica se extienda más rápido desde China.
La densidad de partículas finas en el aire, conocidas como PM2,5 (miden 2,5 micras de diámetro o menos) ha superado ya los 50 microgramos en la zona japonesa de Kyushu. El máximo permitido por el gobierno japonés es de 35 microgramos. Pekín rebasó en el mes de enero los 800 microgramos. Una locura.