¿Lo sabes y lo puedes todo? Cuidado, puedes ser un ególatra sin sospecharlo

Cuando iniciamos la lectura de un libro o artículo de autoayuda, lo primero que encontraremos, será sin lugar a dudas, el concepto de “quien no se quiere a sí mismo, no es capaz de amar a los demás”.  Y de alguna forma es cierto. Es necesario para nuestro desarrollo interno, el desarrollo de la autoestima.  Y eso, implica sentir respeto por nosotros mismos, por lo que somos  y queremos ser, por nuestros actos y hasta por nuestras equivocaciones, ya que estas al fin, son un camino para aprender a ser mejores.

Sin embargo en algunos años como terapeuta me he topado varias veces con un tipo de personalidad que inicialmente cautivó mi curiosidad y más tarde generó mi compasión.  Es la del “ególatra”.  Vilipendiado por muchos  y odiado por otros tantos, el ególatra no se lleva una vida tan fácil, ya que su forma de ver las cosas  y de comportarse con el prójimo, desencadena luego de un tiempo una vida absolutamente solitaria.

El ególatra  tiene una distorsión de la realidad, que lo lleva a sentirse omnipotente. Todo lo sabe, todo lo puede  y es superior a todo su entorno. Por eso su relación con los otros es despectiva, por decir lo menos.  Suele ser hiriente en sus apreciaciones, porque realmente no le importan los demás, ni el efecto que sus comentarios harán en el prójimo.

Ya que considera que los demás están destinados a satisfacer sus necesidades no duda en manipularlos y tratarlos como objetos que sirven para lograr sus objetivos, sin importarle las consecuencias.

El  ególatra, realmente  carece de madurez emocional y tiene disminuida su autoestima. Como siente que su valor personal es tan bajo, crea toda  una fantasía de grandeza y superioridad que compense lo que ocurre en la realidad. Así, como internamente sabe que su ego es falso, necesita demostrar continuamente dicha superioridad a través de la aprobación y elogios de las personas con las que convive. Por ello, cuando lo critican reacciona con rabia excesiva y no es capaz de hacerse aceptar por lo que es realmente. Al contrario, no descansa hasta humillar a la persona que lo criticó.

Las relaciones con el sexo opuesto, por todo lo visto anteriormente, son inadecuadas. En sus relaciones.  el ególatra lo exige todo (porque lo merece) y es incapaz de demostrar amor .En general prefiere el juego y la insinuación a una relación directa. Dice el doctor René Orozco respecto a este punto “Lo importante para ellos es tener la posibilidad de muchos pretendientes , más que relaciones comprometidas”.

Es muy histriónico y exagerado al comentar sus asuntos  personales. Usa palabras grandilocuentes y muchas veces es un hipocondríaco. Todo esto lo utiliza para llamar la atención . Pero más que nada por que necesita desesperadamente compañía, aunque no sabe como lograrla si no es actuando como lo hace

Sin embargo, no debemos olvidar que bajo esa máscara de autosuficiencia y grandeza, se esconde un ser triste y solitario que no sabe como querer, ni logra ser amado por lo que es simplemente porque no puede mostrarse como tal.

Pero si  se dan cuenta de su realidad y se proponen  evolucionar  buscando ayuda terapéutica , logran grandes cambios y pueden aspirar a una vida normal y feliz.

Deberán iniciar el aprendizaje, mirando al prójimo, tomándolo en cuenta como a un igual, sensibilizándose ante la necesidad del otro, intentando ser verdaderos y honestos y poco a poco lograrán  la tarea que los trajo a este mundo:  Aprender el amor.

Fuente [Worldpress.com]