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Surgida de la unión de Conectiva y Mandrake, Mandriva ha tenido su momento de gloria en el que ha luchado palmo a palmo con Fedora para ser la distribución más popular de Linux. Pero los últimos tiempos no han sido buenos para la empresa francesa, que podría declarar la quiebra si no logran hacerse del dinero necesario para el 16 de enero.
Así lo ha confirmado Dominic Loucogain -CEO de Mandriva- mediante una carta que envío a los accionistas de la compañía el pasado 23 de diciembre, en la que ha explicado la delicada situación que atraviesan las finanzas de la compañía.
En medio de esta complicada situación, la firma LinLux (poseedora del 42 por ciento de las acciones de Mandriva) rechazó en la junta de accionistas del pasado 5 de diciembre los diferentes planes que se presentaron para lograr inyectar capital a la compañía. Situación que a su vez ha implicado un ultimatum por parte de TownArea, el otro accionista mayoritario de Mandriva, que terminará con su apoyo económico a la empresa si no se arregla el tema.
Lo peor del caso es que una de las propuestas de salvataje implicaba una importante inyección económica por parte de TownArea, la cual ha sido rechazada por parte de LinLux en nombre de los accionistas de Mandriva. Así las cosas, la disputa entre los dos principales grupos accionistas parece estar llevando a una de las distro históricas de Linux al fracaso, y como siempre suceden en estos casos los usuarios serán los más perjudicados, al igual que los desarrolladores que quedarán sin trabajo.
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