Metanfetamina, el arma secreta de los soldados nazis en la Segunda Guerra Mundial - Lea Noticias

Metanfetamina, el arma secreta de los soldados nazis en la Segunda Guerra Mundial

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No han pasado ni dos días desde que un coleccionista hizo público que había hallado unos informes que afirmaban que Hitler tomaba regularmente metanfetamina. Al parecer, esta sustancia le era recetada por uno de sus médicos, el cual consideraba que le podía ayudar a mantener la atención durante las interminables horas que pasaba tras una mesa organizando su particular Tercer Reich. Sin embargo, el Führer no era el único que la consumía pues, en aquella época, era muy utilizada por los soldados nazis, pues lograba mantenerles despiertos durante horas y estar siempre alerta.

A pesar de que parece un invento relativamente moderno, la metanfetamina cuenta ya con casi un siglo de vida. Creada en 1919 en Japón usando como base la anfetamina, esta droga fue ampliamente utilizada en la Segunda Guerra Mundial. Por entonces, las interminables horas de guardia y las defensas a ultranza de las trincheras a cualquier hora provocaban un cansancio extremo en los combatientes. En base a ello, muchos países consideraron necesario darles un pequeño «empujoncito» para que pudieran mantener los ojos abiertos durante más tiempo.

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En la Segunda Guerra mundial esta droga permitía a los soldados mantenerse despiertos 48 horas seguidas

Entre las naciones que más repartieron la sustancia entre sus militares destacaron Alemania (a pesar de las quejas de multitud de oficiales nazis) y Japón (el país que la vio nacer), donde no era raro que los kamikazes la ingirieran o se la inyectaran en grandes dosis con el objetivo de acudir eufóricos a morir por su país. Posteriormente, y tras la contienda, esta droga fue puesta al alcance del público y comercializada en forma de medicamento. «La droga se usó en descongestionantes nasales e inhaladores bronquiales», explica el «National Institute on Drug Abuse» (NIDA).

A su vez, y con el paso de los años, el desconocimiento de sus posibles efectos secundarios a largo plazo provocó que fuera utilizada en la década de los 60 por muchos médicos y dietistas. «Hace 50 años los derivados de las anfetaminas y la metanfetamina eran recetados por los médicos para hacer adelgazar a sus pacientes durante las dietas, ya que reducía el apetito. Lo utilizaban por entonces sobre todo las señoras. Pero, al final, se vio lo dañinos que eran» explica, en declaraciones a ABC, Emiliano Corrales -director de la clínica Cazorla (especializada en salud mental y en todo tipo de adicciones) desde hace 30 años y responsable de la unidad de conductas adictivas del hospital Vega Baja-.

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¿Qué es y por qué la usaban los soldados?

Pero ¿Qué es la metanfetamina? Conocida en la actualidad como «meth», «hielo» o «speed», puede definirse como una droga estimulante y adictiva. «La metanfetamina afecta el sistema nervioso central. Es un polvo blanco, cristalino, sin olor, y con sabor amargo que se disuelve fácilmente en agua o licor», completa el «National Institute on Drug Abuse». De la misma opinión es el «Servicio de Drogodependencia y otras adicciones de la Rioja» que, en su sitio Web explica que se presenta en polvo y se consume a través de la nariz.

En cuanto a su uso, la metanfetamina se ha hecho famosa es por su efecto estimulante, ya que produce, entre otras cosas, una disminución radical del cansancio -algo esencial para los soldados que, en medio de la Segunda Guerra Mundial, sabían que mantenerse despiertos podía significar la diferencia entre vivir o morir-. «Es muy común que esta sustancia produzca insomnio y falta de apetito mientras se consume. Es una droga que, en cierto modo, pudo ser muy útil durante aquellos años, pues permitía a los combatientes estar con los ojos abiertos durante muchas horas seguidas (hasta 48) y, después, irse a descansar», completa el experto español a este diario.

Unos riesgos demasiado altos

El problema que tenía esta sustancia para los oficiales nazis era que, a pesar de que tenía efectos muy útiles durante los extensos combates que se vivían en Europa, también producían todo tipo de consecuencia negativas. «Para empezar la metanfetamina provocan alteraciones nerviosas. Es decir, que la persona esté constantemente alerta, en tensión. También existe el riesgo de que una persona sufra un brote psicótico tras tomarla, aunque estos se producen normalmente a largo plazo y cuando el consumo es constante», sentencia Emiliano Corrales.

La metanfetamina puede generar alucinaciones auditivas y visuales

A su vez, tampoco gustaban demasiado a los responsables militares debido a que podían producir alucinaciones en los combatientes. «En personas jóvenes, de 18 años, pueden provocar trastornos severos que se pueden materializar de diferentes maneras. La primera es con alucinaciones visuales (en el caso de los soldados en la Segunda Guerra Mundial,ver por ejemplo a un enemigo que no estaba allí). Por otro lado, también están las alucinaciones auditivas internas (oír, por ejemplo, una voz en tu cabeza que te dice que mates a tu teniente) oexternas (escuchar a alguien a tu alrededor, pero mirar y no ver nada», añade el experto español.

Los soldados, a su vez, podían sufrir delirios, como bien explica el director de la clínica a este diario: «Los delirios son más frecuentes. Se producen cuando alguien hace una interpretación errónea a algún estimulo externo. Si, por ejemplo, alguien te mira en medio de la calle, tú puedes pensar que puede que te conozca de algo. Alguien con delirios puede considerar que está planeando hacerle algo malo y actuará, por ello en consecuencia. En ese caso, no sería raro que un soldado disparara contra sus propios compañeros»

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Los otros efectos

A corto plazo, además, la metanfetamina aumenta la sudoración de aquel que la haya consumido, genera vértigos y temblores e, incluso, agresividad e irritabilidad. Además, puede llevar a problema todavía más serios: «También puede causar una variedad de problemas cardiovasculares, incluyendo un aumento en la frecuencia cardiaca, latido irregular del corazón y elevación de la presión arterial. Una sobredosis de la droga puede elevar la temperatura del cuerpo a niveles peligrosos (hipertermia) y producir convulsiones, que si no se tratan inmediatamente pueden resultar fatales», completa el «National Institute on Drug Abuse».

Por otro lado, si el abuso de la metanfetamina es constante, se puede desarrollar una tolerancia a ella. Esto lleva al cuerpo a acostumbrarse a sus efectos y a necesitar una cantidad mayor para sentir las sensaciones a corto plazo que, anteriormente, se conseguían con una dosis pequeña. «Con el fin de intensificar los efectos deseados, los abusadores pueden tomar dosis más altas de la droga, consumirla con más frecuencia o cambiar el método de administración. El síndrome de abstinencia ocurre cuando el abusador crónico deja de usar la droga y entre sus síntomas están la depresión, la ansiedad, el agotamiento y un deseo vehemente por la droga (“craving”)», finaliza el NIDA.

El tratamiento psicológico de las adicciones

M.P.V.

Tabaco, alcohol, drogas, videojuegos… A día de hoy, las adicciones son un habitual dentro de la sociedad. Por ello, desde ABC hemos contactado con Francisco Jesús Ortiz de Haro, psicólogo especialista en los tratamientos de la desintoxicación, para que nos cuente cómo es el proceso de desintoxicación de una persona a nivel psicológico.

1-¿Qué síntomas puede padecer un adicto –formas de actuar por ejemplo-?

Los primeros síntomas suelen aparecer incluso horas después del consumo o el cese del mismo «efecto craving» (abstinencia). La persona siente la necesidad de seguir consumiendo, puesto que el organismo reclama esa sustancia a la que se vuelve dependiente y a la vez ms tolerante, necesitando más cantidad. Ansiedad, cambios de humor, fallos en la concentración y memoria y sudores pueden ser de los síntomas mas acusados, acompañados de sentimientos de culpabilidad por una parte y una falsa sensación de control, «puedo dejarlo, y no lo haré mas»; «Yo consumo de forma controlado, podría dejarlo ahora si quisiera». El negar la evidencia así como mentir al entorno suelen ser otras de las formas de actuar del adicto.

2-¿Cómo se inicia un tratamiento psicológico para que una persona deje las drogas?

El paso fundamental es que el paciente reconozca la dependencia a la sustancia y el daño que hace a su vida en general. Romper con la negación y por tanto pasar a la aceptación es el mejor predictor para el buen funcionamiento de una terapia. El siguiente paso es la evitación del consumo y todo lo que tenga que ver con ello. Personas, hábitos… Todo aquello relacionado con la adicción debe ser eliminado temporalmente de la vida del paciente, así como la sustitución en muchos casos por otras conductas. En la mayoría de los casos hay que pedir ayuda a personas cercanas y formarlas al respecto, pues serán guías durante todo el proceso. Otro de los primeros pasos es controlar y registrar cada una de las conductas del paciente, desde las reacciones adversas que pueden aparecer, hasta clarificar las situaciones de riesgo para poder evitarlas. Por tanto, aceptación y registro de la conducta del paciente es el primer bloque en un tratamiento de adicción.

3-¿Qué dificultades pueden encontrarse?

Depende del tiempo de adicción que lleve la persona, el tipo de consumo, así como la sustancia en sí. Pero por lo general, las primeras dificultades suelen ser la modificación de hábitos y estímulos de su entorno que le ayudan a consumir. Cambiar relaciones sociales, hábitos de ocio o laborales que inviten al consumo e identificación de personas de riesgo. No olvidemos que hay que «aislar» todos los estímulos que estaban presentes en el consumo, y no todos son controlables. El momento de la prevención de la recaída es otro de los momentos más difíciles y de riesgo durante el proceso de cura.

4-¿Cuál es el caso más duro de adicción que ha conocido o tratado?

Hace algunos años, el caso de una mujer embarazada de gemelos, consumidora de casi 3 paquetes de cigarrillos al día, donde fumaba en el trabajo, en su hogar… Sus relaciones sociales eran fumadoras y con un consumo de hacía más de 20 años, pues empezó muy joven. A parte de la ansiedad de dejar de fumar, había que trabajar el sentimiento de culpa hacia su embarazo, evitar los estímulos de riesgo, y cambiar conductas que ya de por si el mismo embarazo le había obligado a cambiar. Finalmente y tras unos 3 meses de sesiones de deshabituación logró dejar el consumo.

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5-¿A nivel psicológico, existe una recuperación total?

Prácticamente nunca podemos hablar de ausencia de trastorno psicológico, en ningún caso, solo se controla o se vuelve adaptativo para la vida cotidiana, pasando a ser menos intenso por tanto. En el caso de las adicciones, es cierto que el éxito terapéutico se logra con el mantenimiento del no consumo durante el resto de la vida, pero nos encontramos con paciente que permanecen siempre en alerta y que, si han identificado situaciones de riesgo para la recaída, las van a seguir evitando. Curación sí, pero hablar de desaparición sería irónico, pues el medio en sí y las propias situaciones de la vida pueden hacer que un paciente recaiga y por tanto, volver al inicio de un tratamiento que ya se plantea más difícil por el mero hecho de saber a lo que se enfrenta.

Fuente [Abc.es]

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