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Si en reunión con la Junta Directiva de una empresa, el gerente de administración confesara que no sabe qué se hicieron 25 millones de bolívares (de los actuales); ocurrirían dos cosas: la primera, se exigiría la renuncia inmediata del gerente y, segundo, se abriría una investigación.
Pues, nuestro flamante ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, confesó semanas atrás que se perdieron 25 mil millones de dólares. Una cifra tan descomunal que es muy parecida a la enorme cantidad de lingotes de oro que tenemos como reserva, guardada en el Banco Central de Venezuela y que nos trajimos de Estados Unidos para “protegerla”.
Pero ningún personero del Gobierno nacional ha pedido la renuncia o tan siquiera una explicación de cómo es eso que el encargado de nuestras finanzas no sabe a dónde carajo fueron a parar 25 mil millones de dólares; una cifra tan dantesca, que representa el 30% de todos los ingresos por renta petrolera.
Los diputados oficialistas se preocuparon por investigar 25 mil bolívares de un cheque que una empresa le entregó a un diputado opositor, para su campaña, pero no les preocupan los 25 mil millones de dólares que se perdieron por sobreprecio, pago de comisiones y corrupción en general; algo que Giordani no sabe explicar sin escudarse en la empresa privada o en el capitalismo.
El ministro Giordani no sólo confiesa su completa incapacidad para controlar la entrega de divisas a través del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), sino que nos informa que debido a su soberana insolvencia intelectual, eliminará ese corrupto ente que creó para sustituirlo por el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad); un nuevo organismo que luce muchísimo más ineficiente y corrupto que el anterior.
El problema de la fuga de 25 mil millones de dólares, no es que semejante cifra sea obscena, tan escandalosa que es casi la mitad de lo que importamos el año pasado (55 mil millones de dólares), sino que ni al Ejecutivo, ni a la honorable Asamblea Nacional, ni a la Fiscalía se les ocurrió abrir una investigación para averiguar por qué el hombre encargado de las finanzas en nuestro país y que creó el bendito sistema para otorgar las divisas, nos viene ahora con el cuento de que la empresa privada se robó los reales cuando todos sabemos que el 100% de esas importaciones son autorizadas por el Gobierno.
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Por cierto, si Hugo Chávez tiene la culpa por poner allí a Giordani y por la pérdida de los 25.000 millones de dólares; Nicolás Maduro es culpable por no investigar y por dejarlo que continúe en el cargo.
Tal parece que la corrupción hizo mella en el “Socialismo del siglo XXI”. Hoy, Giordani, el último alumno (de Carlos Marx) sobre la tierra, comprende por qué el Muro de Berlín, cayó. La corrupción que se formó, justo al lado de los países comunistas, fue tan monstruosa que terminó destruyendo la estúpida idea de que el hombre por sí sólo creará felicidad y progreso, sin recurrir a los estímulos de su propia felicidad, riqueza, comodidad, competitividad y desarrollo.
Luego de cinco años vendiendo el barril de petróleo sobre los 100 dólares; con un presupuesto elaborado con base en la mitad del precio del barril y luego de una devaluación de nuestra moneda; el mismo hombre que nos dijo que con el socialismo alcanzaríamos el desarrollo, nos confesó que se perdieron 25 mil millones de dólares y que ahora haremos una nueva devaluación, pretendiendo engañar al pueblo, bajo el manipulador calificativo de “subasta”.
Lo cierto es que el ministro Giordani tiene 14 años imponiéndonos el sistema económico que el mundo entero sabe que es inviable y luego de que ocurre lo que todos sabíamos que pasaría, acusa a otros del desastroso resultado; como si él (que lo impuso) con su insulso marxismo, no tuviera nada que ver con eso. ¡No me jodas, Giordani!
Noel Valderrama / @NoelValderrama