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Oswaldo Álvarez Paz siempre ha sido un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones. Cuando era integrante de la gloriosa Juventud Revolucionaria Copeyana (JRC), la imagen de aquel líder nacional era un símbolo de lo que deberíamos hacer los noveles dirigentes socialcristianos.
Hoy el ex gobernador del Zulia se nos presenta aún más gallardo y valiente en comparación a aquellos días, Álvarez Paz demostró ser un demócrata y un genuino arquitecto de la unidad, cuando decide, echando a un lado sus intereses y deseos personales, retirar su candidatura para las primarias del 12 de Febrero, dándole así una lección imborrable a los futuros dirigentes de este país e inclusive a otros avezados actores del quehacer público nacional.
Oswaldo Álvarez Paz vuelve a ser historia en nuestro país, más allá de su posición frontal y decidida al momento enfrentar a este gobierno, más allá del temple democrático que lo ha caracterizado toda su vida, está su irrefutable sentir nacionalista que se ha puesto en evidencia al oír y acatar el sentimiento patrio sobre la Unidad.
Hoy volvemos a sentirnos orgullosos de que en las filas de la democracia cristiana venezolana militen personas de la talla de Álvarez Paz. Su entrega al país, su pasión libertaria, son demostraciones eternas de la calidad dirigencial que posee este ilustre hombre.
Muchos de los pre-candidatos ante la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) pueden seguir la senda ya andada por el dirigente socialcristiano, ya el primer paso, que a veces es el más duro, fue dado y el camino está abierto. Debemos recordar que lo más importante de esta realidad que estamos viviendo es alcanzar la democratización del país, no existe o por lo menos no debería existir algún interés superior que el de liberar a Venezuela del yugo rojo.
Ondea en el aire nacional la bandera verde de la esperanza, y Álvarez Paz la tomó entre sus manos y la elevó por encima de miradas miopes o inmediatas; mientras nuestros líderes nacionales actúen con desprendimiento y entrega patria vamos a ver los frutos a muy corto plazo, la historia se está escribiendo, no podemos permitirnos equivocarnos, porque eso significaría traicionar nuestro propio porvenir.
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Para ir terminando este artículo permitiéndome el abuso de tutearlo gracias a la confianza que da la admiración total, Oswaldo, usted es sin lugar a dudas uno de esos grandes protagonistas de la historia que con el pequeño y gran gesto del desprendimiento logran el éxito y el recuerdo perenne de su gente.
Pa’lante Oswaldo, Pa’lante… Ayúdanos a educar y adiestrar a más políticos de tu talla, para de esta forma salvar a Venezuela y garantizar un futuro promisorio.
Por José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano / www.dionisiosolorzanoblogspot.com