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Quienes pensaban que todas las aves homosexuales eran promiscuas e infieles, están completamente equivocados. Los pinzones zebra demuestran que las aves gay pueden ser tan románticas y responsables como las aves heterosexuales.
Una investigación realizada por Julie Elie de la Universidad de California en Berkley muestra que “las reacciones entre los animales pueden ser más complicadas que simplemente una hembra y un macho que se juntan y se reproducen”, como es el caso de los pinzones que comúnmente se unen en parejas homosexuales.
Para examinar el comportamiento de los pinzones, Elie y sus colegas criaron pinzones en grupos del mismo sexo. No fue sorpresa para Elie que más de la mitad de estas aves cortejaron y se emparejaron con un pinzón del mismo sexo. Los pinzones exhibieron signos de profunda unión de pareja, demostrando su afecto en público al perchar juntos o al recibirse con picoteos.
En la segunda parte del estudio, los investigadores probaron que las parejas homosexuales son monógamas. Cuando introdujeron hembras a los grupos para crear un poco de excitación, cinco de los ocho pinzones envueltos en relaciones de pareja ni siquiera se inmutaron por la presencia de las hembras.
“Una relación de pareja en una especie socialmente monógama representa una sociedad cooperativa que provee ventajas de sobrevivencia”, explico Elie. “Encontrar una pareja, del sexo que sea, puede ser una prioridad”.
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Existen otros ejemplos de aves homosexuales, incluyendo el famoso caso de Roy y Silo, los pingüinos del zoo de Manhattan que incluso incubaron un huevo y criaron un bebé juntos.