"Por mi Madre", por @glimargica - Lea Noticias

«Por mi Madre», por @glimargica

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gliceria gilLa palabra “matriarcado” viene de la expresión latina “mater”, que significa madre y del griego “archein”, que se traduce por gobernar.

Un matriarcado es una sociedad en la cual las mujeres, especialmente las madres, tienen un rol central de liderazgo político, autoridad moral y control de la propiedad y de la custodia de sus hijos.

Por decires populares, algunas veces se ha hablado de Venezuela como un matriarcado, a juzgar por el rol tan preponderante asumido por la mayoría de sus mujeres quienes hasta han tenido que actuar como madre y padre para luchar a brazo partido por el bienestar de sus hijos.

Pero ¿cómo no va a ser el nuestro un matriarcado si para nosotros no hay nada más grande, ni más importante que una MADRE?.

No hay un momento ni un minuto que no la recordemos y en todos los órdenes de nuestra vida la tenemos siempre presente. La madre es sagrada para cualquier persona y por eso se le quiere, se le venera, se le idolatra, se le ama.

Cuando por cometer algunas muchachadas alguno de nuestros hermanos mayores sentenciaba “se lo voy a decir a maíta” aquello era para temblar de miedo, porque aunque nos cuidara, besara y abrazara mucho, la severidad de una madre orgullosa de criar bien a sus hijos y llevarlos por el camino recto, era como para preocuparse.

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Aunque suene incongruente, pues los hombres no paren muchachos, a algunos tipos que no quieren hacer nada y que solo les gusta agarrar los mangos bajitos y comerse la papa pelada se les dice: “Mijo, eres la madre de la flojera”. Esta frase refleja la grandeza y superioridad, no solo de la madre sino del sexo femenino

Madre, mamá, mamacita, mami, mi mai, maíta, son todas dulces palabras que los hijos usan para designar a su progenitora, aún cuando en algunas ocasiones la malicia nos hace darle connotaciones distintas a estos términos, que en ningún momento tienen nada que ver con el hermoso ser que nos trajo al mundo.

Cuantas veces hemos pedido “Bendición mamá”, y al ella contestar “Dios te bendiga”  nos consuela, nos anima, nos reconforta, nos sentimos protegidos por el gran amor que sale de sus labios y no dudamos de salir exitosos en cualquier idea que emprendamos.

Anteriormente era santa palabra jurar por nuestra madre. Nada más sagrado que prometer “por Dios y mi Madre”, de allí se infería que nadie quiere que su santa madre muera.

La madre es tan grande para nosotros que cuando manejamos nuestro carro y conseguimos el tráfico tan atiborrado de filas de vehículos, sufrimos una “madre tranca” y a los que vienen detrás se les forma la “madre cola”.

Los borrachos cargan “madre pea” y cuando se les recrimina al estar sobrio o se le dice la verdad a alguien en su cara expresamos que “le dieron en la madre”. A veces le solicitamos un favor a alguien y se lo pedimos “por tu madre”.

Las palabras no se agotan cuando queremos alabar a nuestra madre pero como sí sucede con el espacio, no nos queda más que darles FELICITACIONES a todas las MADRES venezolanas en su día, a las luchadoras, bregadoras, honestas, bellas, hermosas, caritativas, sensibles, tiernas, nobles, en especial a las Madres que nos brindan un poquito de su tan valioso tiempo y nos honran con su lectura.

Gliceria Gil / @glimargica

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