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Hermoso el día en el cual me levanto al despuntar la aurora y después de saborear un cafecito mañanero, pongo proa al este en mi máquina rodante para disfrutar de los paisajes marinos más hermosos de mi querida Tierra de Gracia.
El torrente de palabras que acude a mi mente paradójicamente se torna escaso para describir el hermoso espectáculo que enfrenta mi vista cuando los tiernos rayos del astro sol cubren de sublimes colores el infinito cielo.
Después de atravesar los límites en Arapito, divisando a lo lejos Arapo y La Piscina, saludando a Playa Colorada y Vallecito, estamos en el estado Sucre.
Santa Fé y Yaguaracual están en el camino, continuamos hasta Barbacoas, El Tacal y un poco más allá entramos a la bella Cumaná.
Al dar la vuelta a la redoma nos recibe la majestuosa estatua del indio, monumento esculpido por José Pizzo, cuya construcción comenzó en 1.945 y terminó en 1.957. Para ese entonces se le dio el nombre de “Bienvenida” por simular la forma como en tiempos coloniales los indios recibían a los españoles, presentándoles un pescado.
Hoy en día no es muy fácil atravesar la Calle Bolívar, convertida en el centro del comercio citadino, debido a la gran afluencia de peatones, vendedores informales, comercios, automóviles, pero si la seguimos en toda su extensión llegamos al puente y sus alrededores, hoy llamado casco histórico, que en una oportunidad fuera el centro de reunión de habitantes, artesanos, vendedores ambulantes y los famosos barberos quienes con su maletica y su sillita en la mano se colocaban debajo de los árboles, regados por el imponente río Manzanares, donde “pelaban a bolívar”. Claro, porque si la actividad continuara hoy tendrían que pelar por lo menos “a cien bolos”.
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Es la picaresca regional que nos contagia con sus chistes, su alegría, su don de buena gente y hasta sus palabrotas que descuellan en cualquier sitio. Son los cumaneses los que más acentúan la “r” al hablar cuando de ser “orientar” se trata.
Hoy en día en esa área está el teatro “Luis Mariano Rivera” un espacio moderno para divulgar la cultura. A orillas del río queda el Parque Ayacucho donde los pobladores tienen un sitio de sano esparcimiento, al igual que el Parque Guaiquerí, ubicado en pleno centro, allí se pueden practicar varios deportes.
La plaza Bolívar, la iglesia de Santa Inés, la Catedral, el Castillo San Antonio de la Eminencia, las casas natales de los poetas Andrés Eloy Blanco y José Ramos Sucre son lugares plenos de historia que bien merecen una visita.
Por la Avenida Perimetral, se ve el Monumento Alegórico a la Fundación de Cumaná, una estructura gigante obra del artista Hugo Daini. El Indio representa los primeros aborígenes de la región y el Monje la Evangelización llevada a cabo por los Frailes Franciscanos.
Cumaná fue la primera ciudad fundada por europeos en Tierra Firme el 27 de noviembre de 1.515, razón por la cual se le conoce como “la Primogénita del Continente” y se prepara para celebrar los 498 años de su fundación.
Actualmente Cumaná es fuerte candidata para ser nombrada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, específicamente su casco histórico.
Gliceria Gil / @glimargica