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El 21 de noviembre de 1957 diversas organizaciones y grupos estudiantiles de las universidades de caracas, principalmente de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello decidieron protestar contra el régimen dictatorial de Pérez Jiménez, que había anunciado una elección con suerte de plebiscito para mantenerse en el poder. Ese día miles de estudiantes tomaron la UCV arriesgando sus vidas para denunciar firmemente una dictadura que vulneraba los derechos humanos de todos los venezolanos. Y aunque la Seguridad Nacional tomó el control de las universidades y apresó a muchos estudiantes, las manifestaciones y la huelga estudiantil tuvo un éxito tan grande que fue uno de los principales detonantes, junto con el descontento civil y militar, para lo que posteriormente viviría Venezuela el 23 de enero de 1958. Fecha en el que un país dio todo por vivir en libertad.
En la actualidad, ese espíritu libertario sigue más vivo que nunca en todas las casas de estudio del país, lo que hemos vivido los últimos años ha marcado para siempre las páginas de la historia venezolana.
Los estudiantes siempre estaremos comprometidos con la libertad como valor fundamental, con la defensa de los derechos humanos y civiles, con una búsqueda constante de una unidad superior, una unidad que integre a todos los venezolanos sin importar su condición social o ideológica para la construcción de la Venezuela que todos soñamos. Siempre estaremos comprometidos con la erradicación del miedo que hoy se pretende sembrar en los corazones de los venezolanos.
Alzaremos nuestra voz cuando intenten silenciar las voces de todos los demás sectores de la sociedad, o cuando nuestros dirigentes sean incapaces de ser luchar por las causas más nobles del pueblo venezolano. Alzaremos nuestra voz cuando la libertad este amenazada, y nos rebelaremos hoy y siempre ante cualquier gobierno totalitario que pretenda violar nuestros derechos a expresarnos libremente, nuestro derecho a pensar distinto. Alzaremos nuestra voz para transformar el miedo en esperanza, porque de eso se trata el nuevo liderazgo, actuar cuando todos tienen miedo pero también hacerlo cuando todos han perdido la esperanza. Nuestra Venezuela exige referentes éticos y morales en todas las áreas, exige patriotismo para salir de la oscuridad en donde estamos hoy.
Hoy, ser estudiantes es más que una condición de estudio, es un compromiso vivo con superar la pobreza de nuestro país, una profunda convicción que podemos transformar a Venezuela. Hoy, ser estudiante es no rendirse nunca, no bajar la cabeza ante nada ni ante nadie, y darle el valor necesario a quienes tuvieron que bajarla para levantarla de nuevo.
«Podrán golpearnos, podrán romper nuestros huesos, incluso, podrán hasta matarnos; entonces, sólo tendrán nuestros cadáveres, pero jamás tendrán nuestra obediencia»
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¡Feliz día a todos los estudiantes que hacen grande a esta patria!
Por Jesús González / @JesusGonzalezS