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Hace tiempo que Sharp viene mostrando un estado financiero más que inestable, por lo que a riesgo de poner en duda su continuidad en la industria, la compañía ha llegado a un acuerdo con dos grandes grupos económicos para hipotecar todas sus fábricas e infraestructura, como garantía a cambio de un gran préstamo de dinero de USD$2.000 millones que la empresa utilizará para salir a flote y mantenerse con vida en el mercado.
Ocurre que en 2011, Sharp registró enormes pérdidas financieras por el orden de los USD$4.700 millones, por lo que Sony puso fin a la relación que tenían y Sharp comenzó a gestionar la venta de algunas de sus instalaciones a Foxconn, después de revelar que mantienen una deuda por nada menos que USD$16.000 millones.
Sin embargo, Foxconn comenzó a hacerse la difícil, con su Presidente Terry Gou estirando el proceso hasta el final, seguramente, para ver caer a Sharp y comprarla entonces cuando ya esté a un precio más bajo que el actual. Frente a esto, la movida de Sharp cobra sentido: la inyección de dinero que le llega a través de la hipoteca los mantendrá a flote y será la última oportunidad que tendrán para crear nuevas líneas de productos y renovar el modelo de negocios, en busca de volver a la rentabilidad. Pero si fallan, perderán todo.