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El gobierno publicó en Gaceta Oficial el 26 de junio la providencia administrativa 294 que categoriza en tres tipos y fija precios de los servicios ofrecidos en las clínicas, medida considerada unilateral, impuesta, inconsulta, irreal e inviable para este sector, ya que en una clínica tipo 1, le ocasiona una pérdida de 7 a 10 %, pués siendo su utilidad el año pasado de 5%, la coloca en rojo de inmediato.
Ese fue uno de los ejemplos que explicó el doctor Eduardo Añez, asesor en el área de gerencia medica pública y privada, desde hace 33 años, a propósito de esta decisión y el impacto en los costos operativos de las clínicas, en donde ¨no hay criterios claros, transparentes y conocidos por todos, en cuanto a la clasificación de las clínicas; eso es un vacío de esta providencia administrativa¨.
En una clínica 2 la pérdida es insostenible, con 18 a 20 % de la disminución de los ingresos. Hay muy poca flexibilidad económica, para tomar medidas compensatorias ante unos precios que están por debajo de los costos. No hay ninguna clínica que creo se salve.
“En las clínicas que he analizado en diferentes partes del país, el impacto que tiene es significativo. En la mayoría de estas la rentabilidad promedio es de 7% y mientras más grande es la clínica, menos rentabilidad tiene.
Explica el especialista que la estructura de costo, en grandes rasgos sobre los ingresos, se mueve en: Costo de personal (30 y 33 % ), Materiales y medicamentos o consumibles (30 a 35% sector altamente impactado por las devaluaciones e inflación) y Costos generales (depreciación, gastos financieros, mantenimiento, servicios públicos, servicios generales, servicios contratados ( 16 a 26 %); impuestos, tasas , contribuciones fiscales y parafiscales (8 a 10 %) y finalmente la utilidad (6 %).
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Añez se pregunta, qué pasa entonces con las tarifas, y responde: al menos en las que he estudiado en Anzoátegui, Nueva Esparta y Caracas, cuando se compara aun así con la mayor tarifa, se tiene una pérdida que se consume totalmente las utilidades, la pone a perdida de manera prácticamente instantánea, aunque sus efectos se verán después de varios meses
-Empezar a facturar con esas tarifas, significa entrar en rojo, eso la pone en una situación de flujo de caja difícil, y además de eso, existen atrasos en la facturación y la cobranza.
Añade que la cobranza promedio que se acumula en las clínicas es de alrededor de 2.5 a 3 meses, de cuentas por cobrar. ¨Las instituciones gubernamentales tienen un tiempo de pago mayor, que la que tienen las aseguradoras. Una de la que más se atrasa es PDVSA, aunque paga regularmente; algunas no pagan, y otras devuelven las facturas, y eso ha llevado a que se acumulen las cuentas por pagar, que dificulta el flujo de caja de las clínicas.
En su razonamiento, Añez señala que las clínicas no van a poder hacer inversiones, se va a dificultar el mantenimiento, no se despedirá al personal, pero no se podrá contratar a suplentes.
Finalmente, dijo que los precios señalados en la Providencia son de aplicación inmediata, esto también afecta los procesos de facturación, ¨eso no es fácil, ni a nivel de proceso, ni contablemente, porque hay muchas dudas e incertidumbres que no fueron aclaradas en la gaceta¨ .