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Lo ocurrido con la nacionalización de la empresa Conferry es propicio para escribir sobre los empresarios nacionales y la reflexión que deben hacer de sí mismos.
La cantidad de denuncias recibidas en Indepabis contra la empresa margariteña, desnudaba una realidad indiscutible, la falta de un servicio de calidad que redundara en satisfacción para los usuarios, al igual que dibuja un vacío moral de sus gerentes.
A esto se le debe sumar, el maltrato denunciado por los trabajadores de la empresa, y el distanciamiento de la naviera con la comunidad.
Si la falta de divisas para comprar equipos y materiales para mejorar unidades y servicios, fue la culpable de semejante desastre gerencial, la empresa falló en anunciarlo, en hacer pública su situación de deterioro.
Pero por el contrario, la empresa optó por el silencio y el que calla otorga. Esto hizo que Conferry viera su patrimonio desaparecer con la mirada volteada de todos los que le rodeaban.
Lo mismo podría ocurrir con las líneas aéreas que, ofreciendo pésimos servicios corren el riesgo de justificar su salida del mercado por orden gubernamental.
El incumplimiento en los horarios de los vuelos, la falta de mantenimiento de las aeronaves y el servicio maltrecho, se conjugan para fortalecer una futura intención del gobierno de nacionalizar las aerolíneas.
Nuevamente, si la razón por el deterioro se debe a la falta de divisas, es necesario que hablen, comenten, griten, pero no pueden guardar silencio esperando que si callan, el gobierno no los tocará y hasta pueda que les den las divisas. Eso no ocurrirá.
Hay quienes aún no saben que en el socialismo de Chávez, las empresas no tienen cabida. Por tanto, las que hoy existen, sólo lo hacen porque de alguna forma han sabido sobrellevar las desgracias.
Otras se ponen de parte del gobierno, viviendo momentáneamente del Estado y unas últimas, entienden que la mejor forma de evitar la toma de sus instalaciones por parte del gobierno es que esa acción confiscadora, se convierta en un costo político tan elevado, que el gobierno no lo haga.
Esta idea la entendió Empresas Polar y evitó caer en las garras del gobierno nacional. El rechazo del pueblo a una posible nacionalización de la primera empresa del país, le dio un frenazo inmediato al gobierno, que tuvo que mirar hacia otro lado y crearse otros enemigos.
Si el empresario no quiere entender que debe convertir su empresa en un agente social, que no sólo genera riqueza para sus propietarios sino que crea beneficios para sus trabajadores y las comunidades que le rodean, transformándose en un ente moralmente responsable, entonces entienda que si no tiene el apoyo de trabajadores y comunidad, perderá toda la defensa contra la nacionalización o expropiación de la empresa.
La responsabilidad social empresarial, es en realidad la responsabilidad moral que tiene la empresa frente a su entorno. Nos referimos a la situación de sus trabajadores y las comunidades.
Siempre vemos empresas con sendas campañas publicitarias y saliendo en revistas diciendo que son empresas socialmente responsables porque destinan miles (millones de los viejos) de bolívares en ayuda social. Pero de qué sirve, por un lado, destinar tanto dinero en ayuda social si por el otro, evades impuestos, tienes trabajadores mal pagados, los presionas para que renuncien y no despidiéndolos, sólo para ahorrarte dinero, etc., ¿de qué sirve, ser socialmente responsable si no eres moralmente responsable?
Por Noel Valderrama / @NoelValderrama