“Un chavismo más radicalizado”, por @asdrubaltriana

En Venezuela se cumple un año del último triunfo electoral del presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Aunque han pasado muchos días desde esa fecha, al parecer casi nada ha cambiado.

Siguen los altos índices de inseguridad, una inflación con proyecciones que no se visualiza a la baja, cortes eléctricos, servicios públicos que siguen empeorando y un gobierno que no cede en su plan ideológico.

¿Entonces qué ha cambiado en términos políticos, económicos, y electorales desde aquella victoria de Chávez?

Absolutamente nada; las cosas han empeorado.

A nivel político el cierre de filas del chavismo ha subido su nivel. El actual presidente Nicolás Maduro ha demostrado ser otro caudillo. Las primarias para escoger a los candidatos a alcaldes por parte del PSUV fueron desechadas. Hoy el partido oficialista es controlado por Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quienes a dedos decidieron quienes eran los abanderados. Una jugada política que ha tenido como consecuencia la división dentro del chavismo.

Chávez fue un Presidente que siempre ubicó al sector militar dentro de las esferas del gobierno. Maduro a pesar de ser un civil ha subido ese porcentaje y hoy en día el país es casi controlado en su totalidad por los castrenses.

Esa es la cuota que tiene que pagar para mantener contento a un sector que no lo reconoce como líder de un proceso.

En lo económico sigue el control de cambio y las presiones a la empresa privada. Pero a estas dos características se suma una nueva: El Nepotismo Económico. Carlos Erick Malpica Flores, sobrino de la primera combatiente (nadie sabe qué combate), Cilia Flores, fue designado como Tesorero Nacional. Un nombramiento que le permite al clan Maduro-Flores tener un mayor control sobre los recursos del Estado. También es importante mencionar que el hijo de Maduro fue nombrado como “supervisor de la gestión presidencial”. Para lo cual le fue asignado un salón en el Palacio de Miraflores.

En lo electoral sigue la fiesta del gobierno en el uso de los recursos del Estado para financiar y promover candidaturas del Partido Socialista Unido de Venezuela. Candidatos que participan en inauguración de obras y en otorgamiento de presupuestos de instituciones nacionales, regionales y municipales.

Mientras esto ocurre el Consejo Nacional Electoral (integrado por rectores que tienen su periodo vencido) sigue sin asumir correctamente su papel como árbitro.

Al parecer la oposición no ha entendido que la trampa no sólo ocurre el día de las elecciones sino que se va madurando poco a poco.

Otros elementos que han empeorado el statu quo es que el gobierno nacional a través de testaferros ha adquirido algunos medios de comunicación que eran ventana directa de la oposición. Por su parte, otros optaron por autocensurarse para no ver afectada su renovación de concesión.

En conclusión amigo lector, la interrogante que tenemos que hacernos es ¿tendrá la capacidad o la estrategia la oposición para cambiar esas condiciones actuales?

Asdrúbal Triana / @asdrubaltriana