El poder del placebo hace que la medicina se someta a la mente, y esta sugestionabilidad también tiene su lado oscuro. A veces llamado nocebo o placebo inverso, existen casos en los que personas desarrollan enfermedades o degeneración física solamente bajo una señal de que están tomando algo que les hace mal–aunque esto no tenga ningún efecto fisiológico– o provocado simplemente por un mal diagnóstico.
Psicólogos en Holanda han documentado el caso de una mujer de 58 años que fue mal diagnosticada con Alzheimer. Su condición deterioró al punto de que estaba en un estado de permanente confusión, desarrollando dificultades cognitivas y hasta al borde del suicidio. Aunque la mujer estaba sana, su cerebro empezó a exhibir rasgos de este trastorno. La mujer más tarde recibió un nuevo diagnóstico en el que se reveló a través de una resonancia magnética que no tenía Alzheimer y entonces pudo recuperarse.
El Dr Herald Merkelbach entrevistó a la mujer y reporta que la mujer había padecido lapsus de memoria en directa consecuencia del mal diagnóstico. Merkelbach cree que un mal diagnóstico es equivalente implantar memorias falsas y es un acto capaz de provocar una serie de conductas.
En un experimento Harald Merckelbach alteró las respuestas de algunos estudiantes en un examen de síntomas psicológicas y luego las comentó con los estudiantes. El 63% no se dieron cuenta que sus respuestas habían sido alteradas para incrementar una serie de comportamientos psicológicos. Una semana después se volvió a hacer el examen y las personas cuyas respuestas habían sido alteradas esta vez contestaron ellas mismas de la misma forma que sus respuestas habían sido alteradas, como si hubieran inconscientemente asumido que tenían esas características psicológicas (como ansiedad o falta de concentración).
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