Muchas veces corremos con bastante suerte cuando vamos manejando el carro. Algo así le ocurrió a este señor, que de bromita se salvó de que lo aplastara una gandola.
Muchas veces corremos con bastante suerte cuando vamos manejando el carro. Algo así le ocurrió a este señor, que de bromita se salvó de que lo aplastara una gandola.