El mitín de Antímano del viernes, no fue un mitín más. Fue el discurso más calculadamente violento de cuantos ha dado el Coyote en la campaña. La camisa roja y no la azul que venía usando para pronunciarlo no es un mero detalle, de vaina no se puso la verde oliva. Pero paradójicamente, al meterle la lupa, le resultó una retórica miedosa, cobardona, chantajista y desesperada porque hace rato que la gente le perdió el miedo y no le come sus trances de desquicio.
Es imperdonable el abuso de decirle a la clase media de que si "quiere vivir en paz, vivir, tranquila, desarrollando su modo de vida" debe "votar por Chávez", porque él "es la garantía de la paz, de la tranquilidad nacional". Un abuso que denota culidardía.
Peor aún suena su estúpida amenaza velada diciendo que en un gobierno de Capriles habría "persecución contra el alto mando militar". Ni los narcogenerales se lo creen.
El tipo luce más que desesperado, desquiciado cuando lanza a los cuatro vientos que de no ganar él, vendría un "gobierno burgués" que un gobierno que "botaría a 30 mil militares, cerraría los mercal, los PDVAL".
La amenaza de que "el país temblaría" y votar por él para que no tiemble es lo que le conviene a la clase media", es el chantaje más cursi que ha soltado -y mire que ha soltado- en mucho tiempo.
El único que en este país va a temblar es este chantajista barato cuando el pueblo lo saque a punto de votos el 7 de octubre y lleve a @HCapriles a la presidencia de la república.
Por José Luis Farías / @fariasjosluis