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La elección del perfume y de la fragancia que usamos a diario no es menos importante que la elección del atuendo que llevamos sobre nuestra piel. El perfume nos identifica y expresa parte de nuestra personalidad tanto como nuestro aspecto visual, por ello, debemos reconocer la fragancia que mejor nos identifique y que, además, mejor congenie con nuestra piel.
La elección de una fragancia no es sencilla. No es igual una fragancia para el día que para la noche, o una fragancia para lucir en la oficina que una que nos ponemos para ir a una reunión con nuestras amigas. Los aromas más pronunciados, más dulces y destacables irán mejor por las noches y en climas fríos, y para eventos sociales fuera del trabajo. Las fragancias más frescas van mejor para el día, para el clima cálido, y para las actividades diarias. Sin embargo, una fragancia fresca y sumamente floral puede no ser adecuada para la oficina, mientras que una fragancia fuerte, dulce y pronunciada puede no ser del todo adecuada para una velada entre amigas.
La calidad de la fragancia
A la hora de elegir la fragancia, ya sea colonia, perfume u otra corporal, siempre prioriza la calidad. Los perfumes de diseñador son costosos, pero son gentiles con nuestra piel. Su duración es adecuada, y la intensidad de la fragancia se mantiene por más tiempo, haciendo posible minimizar la carga que colocamos en nuestra piel y que el producto sea, así, más rendidor.
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En el mercado podemos encontrar fragancias de imitación a una fracción del precio; sin embargo, debes prestar atención a la hora de elegirlas: por conveniente que sea su precio, si el producto es de mala calidad podría afectar tu piel, causarte alergias, y además podrías no obtener el resultado deseado, en una fragancia casi imperceptible, que se evapora en pocos minutos, debiendo repetir la compra en poco tiempo, lo que encarece el precio real del elemento.
Si a ella le queda…
Al elegir una fragancia debes probarla en tu propia piel. Aunque hayas notado una deliciosa fragancia en otra mujer, recuerda que puede que en tu piel no funcione de igual manera, persistiendo menos y hasta modificando el aroma percibido.
Ello se debe a que los perfumes son compuestos químicos que interactúan con la química y el pH de nuestra piel.
Cuando hayas elegido el perfume o la fragancia que prefieres, pruébate el producto en la tienda y toma un paseo, para ver cómo actúa sobre tu piel durante algunas horas.
¿En qué parte del cuerpo se prueban los perfumes?
Los perfumes convidan mejor sus aromas cuando los colocamos en zonas cálidas de la piel, es decir, en las pieles cercanas a importantes ductos sanguíneos. Por ello, los sitios ideales para lucir mejor una fragancia son el interior de la muñeca, el interior del codo (o detrás de la rodilla, también), el cuello (y debajo de los lóbulos de las orejas) y el centro del pecho. Elige estos sitios para colocar allí una gota de perfume, en lugar de darte una virtual ducha de fragancia por todo el cuerpo, y mucho menos por la ropa o el cabello: esto haría que tengas un aroma demasiado intenso al principio, para que desaparezca en pocos minutos, malgastando el perfume.
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