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Todos los venezolanos sin distingo de sus creencias políticas debemos pensar el rol que como sociedad debemos jugar para la construcción de esa Venezuela que necesitamos con mucha urgencia; cuando acabamos de celebrar la Navidad, y con ella recordar la infinita Misericordia de Dios, tenemos que hacer un alto en todo aquello que nos divide y pensar en qué forma tenemos el deber de colaborar para hacer de este mundo, y de este país, un sitio mejor para todos por igual.
Los venezolanos ya hemos pasado muchas cosas, hemos atravesado dos procesos electorales y hemos visto la convulsión que ese hecho acarrea para cualquiera sociedad, por eso, desde esta humilde tribuna le hago un llamado a ambos lados del tablero de ajedrez político para que cesen en la disputa y que nos unamos como una verdadera nación.
Creo que es la hora que el Gobierno, con sus responsabilidades tácitas y establecidas, y que la oposición con el deber moral que poseen se activen en la construcción de una país mejor, donde lo que nos una sea más fuerte que cualquier divergencia.
Tenemos frente a nosotros la peculiar situación del Presidente de la República, quien aún padece por sus dolencias físicas, tenemos la dramática realidad del alto costo de la vida, pero sobretodo la problemática de la inseguridad que está en este diciembre haciendo más estragos que nunca; son en estos puntos, en estas urgencias las que debemos tomar como prioridad y atenderlas, y en el caso de la enfermedad presidencial, esta debe ser abordada bajo una visión constitucional, porque nos estamos jugando la estabilidad política de la patria.
Creo firmemente que podemos construir una Venezuela donde exista espacios para todos, donde todos y cada uno de nosotros hagamos grandes esfuerzos en convivir en paz y armonía, pero para alcanzar esto se deben depurar ambos bandos de los sectarismos, odios y resentimientos, se debe purificar la dirigencia de aquellos profetas del desastre y de la división.
En esta Navidad le pedí al Niño Jesús paz para los venezolanos, le rogué por una Venezuela nueva donde las divergencias políticas acaben con las elecciones y con la voz del pueblo, le pedí humildemente que nos diera una patria donde todos los venezolanos seamos iguales y que las distinciones políticas sean cosas del pasado. ¡Le pedí por ustedes, por nosotros, por Venezuela!
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Hoy más que nunca tenemos la responsabilidad de pensar en Venezuela, pero hacerlo en grande, tenemos el compromiso de soñar por esa nación que anhelamos y que necesitamos con emergencia, pero luego de repensarla debemos construir palmo a palmo en unidad y con sinceridad.
Sé que lo podemos lograr, estoy convencido que somos capaces de ello y de mucho más. ¡Feliz Navidad para todos!
Por: Simone Augello