Nadie sabe. Desde el sábado en el Táchira el tipo no aparece. Un par de tweets para felicitar a Maldonado lanzado desde su twitter por algún plumario no es señal. Hay jodedores que dicen que fue a celebrar el cumple de Fidel. Sin embargo, no se alarmen mis queridos lectores, es posible que en cualquier momento aparezca. El problema no es ese. En los últimos tiempos desaparece con demasiada frecuencia.
Lo que importa es por qué esta nueva y prolongada ausencia.
Se especula que el conflicto interno lo tiene fuera de sí. Quizás los "problemas personales" de Tarek El Aissami lo tienen angustiado. A lo mejor lo turba la exigencia plantada por Diodado de que lo retiren de la candidatura de la gobernación de Monagas. Tal vez le da sentimiento el lloriqueo de Jaua de que hagan lo propio con él en Miranda. Paja.
También se dice que le dio un beriberi por sus excesos (Dato no confirmado porque al parecer lograron bloquear, por ahora la fuente del "oncólogo" @NelsonBocaranda). Más paja.
De buena fuente me informan que el shock le vino tras conocer los resultados de una encuesta de su confianza en la cual pierde -y no por poco margen. Eso si es duro de verdad. Imaginen los alaridos, los gritos, los portazos, ¡la histeeeeeria!
La dosis de Sertralina debe haber subido para el control se sus ataques de pánico. La depresión y la ansiedad lo consumen. Reaparecerá más histérico que nunca.
El arsenal propagandístico, los asesores brasileros, el dineral lanzado a la calle para comprar voluntades, el despliegue de "misiones" todo ha resultado en vano. Va en caída libre, en franca picada. Por eso se esconde.
Por José Luis Farías / @Fariasjoseluis