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El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, calificó de «inaceptables desde cualquier parámetro» las semanas de amenazas belicosas acerca de una inminente guerra nuclear de parte de Corea del Norte y dijo que Washington nunca aceptaría que el hermético y aislado estado se convierta en una potencia atómica.
Kerry, que se reunió con periodistas luego de mantener conversaciones con la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, y líderes del contingente de 28.000 efectivos estadounidenses desplegado en ese país, también dijo que Estados Unidos defendería a sus aliados en la región si fuera necesario.
«La retórica que estamos escuchando desde Corea del Norte es simplemente inaceptable desde cualquier parámetro», dijo Kerry.
«Estamos todos unidos en el hecho de que Corea del Norte no será aceptada como una potencia nuclear», agregó. Informó eluniverso.com
Pyongyang lanzó una serie de advertencias belicosas a Washington y Seúl en las últimas semanas, incluida la amenaza de una guerra nuclear, luego de que la ONU le impusieran sanciones en respuesta a su tercera prueba con armas atómicas en febrero.
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La visita de Kerry coincide con los preparativos para la conmemoración el lunes del aniversario del natalicio del fundador del Estado norcoreano, Kim Il-sung, lo que podría funcionar como pretexto para una demostración militar de fuerza.
Han crecido las especulaciones de que Corea del Norte pueda lanzar un misil de mediano alcance luego de reportes de Seúl y Washington de que se han estado moviendo misiles en locaciones estratégicas.
Kerry dijo que el líder norcoreano Kim Jong-un estaría cometiendo un «enorme error» si procediese con el lanzamiento.
El funcionario estadounidense dijo además que Pekín, único aliado diplomático y financiero importante de Corea del Norte, tiene la capacidad de lograr una diferencia mediante la influencia de las políticas chinas.
Horas antes del arribo de Kerry, una agencia gubernamental estadounidense dijo que Corea del Norte tiene un arma nuclear que puede montar en un misil, añadiendo una dimensión ominosa a las tensiones en la península coreana.
Sin embargo, la evaluación realizada por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) del Pentágono fue minimizada rápidamente por varios funcionarios de Estados Unidos y Corea del Sur.
Consultado sobre si la guerra era inminente, un funcionario estadounidense en Corea del Sur respondió: «No, en lo absoluto».
La mayor preocupación de Washington, dijo el funcionario, es la posibilidad de acontecimientos inesperados ligados a la inexperiencia del actual líder norcoreano, de 30 años de edad, Kim Jong-un.
«La juventud de Kim Jong-un y la inexperiencia lo hacen muy vulnerable a errores de cálculo. Nuestra mayor preocupación es un error de cálculo y a dónde podría llevar eso», dijo el funcionario, que pidió no ser identificado.
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«No hemos visto indicios de movimientos masivos de tropas ni tropas concentradas en la frontera ni ejercicios masivos ni nada por el estilo que respalde la retórica que viene de allá», agregó.
La presidenta surcoreana, en una reunión con funcionarios de su gobernante Partido Saenuri antes de que sus conversaciones con Kerry, ofreció un tono conciliador al sugerir que Seúl debería al menos escuchar lo que Corea del Norte tiene que decir.
«Tenemos un montón de cuestiones, incluyendo la zona industrial de Kaesong», dijo Park según citas divulgadas por medios locales.
La mandataria se refería al cierre por parte de Corea del Norte esta semana del parque industrial Kaesong, gestionado conjuntamente por ambos países, que significó la pérdida de 53.000 puestos de trabajo.
En Washington, el representante republicano Doug Lamborn citó a la DIA diciendo que la agencia tenía una «moderada confianza» en que Corea del Norte había desarrollado una bomba nuclear que podría caber en un misil balístico, pero agregó que un arma de este tipo probablemente no sería fiable.
Corea del Norte ha realizado tres pruebas nucleares, pero no se cree que esté cerca de tener la capacidad de desarrollar armas atómicas.
En Pyongyang, Rodong Sinmun, una suerte de portavoz del Partido de los Trabajadores gobernante, dijo que Corea del Norte nunca abandonaría su programa de armas nucleares, que se vuelve imprescindible ante la «invariable ambición de Estados Unidos de invadir militarmente» el país asiático.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur mantuvo su postura de que no cree que su vecina del norte pueda montar una ojiva nuclear en un misil.
Pyongyang ha posicionado al menos cinco misiles de mediano alcance en su costa este, según evaluaciones de defensa de Washington y Seúl.