El calabozo de la libertad: «Tiempos de reconciliación», por @GustavoAzocarA

Escribo estas líneas el sábado 13 de abril de 2013, a las 5 y 30 de la mañana, justo 24 horas antes de que se inicie el proceso electoral de este domingo 14, en el cual los venezolanos definiremos el futuro del país. No tengo ninguna duda de cuál será el resultado de este domingo. He visto, he sentido, he palpado el sentimiento y las ansias de cambio que hay en todos y cada uno de los venezolanos.

En los mercados, en los abastos, en las bodegas, en los aeropuertos, en los terminales de pasajeros, en las panaderías y hasta en las oficinas públicas que he visitado en estas últimas semanas para realizar algún trámite administrativo, me he encontrado con gente que me dice que está cansada de tanto conflicto, de tanta pelea, de tanto bochinche, de tanta inseguridad y sobre todo, de tantos y tantos fracasos.

He conversado con gente que trabaja para este gobierno, gente que inclusive votó por el ex presidente Hugo Chávez, gente que creyó desde un primer momento en lo que se ha dado en llamar “el proceso”, y que sin embargo, hoy día se encuentra desencantada, desorientada y hastiada de tanta corrupción, de tanto malandraje, de tanta burla hacia todos y cada uno de los venezolanos.

Por cuestiones del destino me tocó ir a una urbanización inaugurada por un ex gobernador oficialista. En ese sitio funciona un Consejo Comunal y me vi obligado a visitar sus instalaciones para solicitar una Carta de Residencia que necesitaba para unos trámites ante Cadivi. Para mi sorpresa, me encontré allí con gente que me dijo que durante 14 años acompañó al proceso revolucionario liderado por Chávez, pero que esta vez no pensaba hacer lo mismo. Me dijeron que una cosa era acompañar a Chávez y que otra cosa muy distinta era acompañar a esta banda de pillos que ahora están en el gobierno.

Del otro lado consigo mucho ánimo, mucho entusiasmo y un gran voluntarismo para salir a votar este domingo. Gente que no fue a votar el 7 de octubre del año pasado, me dice que mañana sí acudirá a las mesas de votación. Gente que no fue a votar el 16 de diciembre, desencantada por los resultados del 7-O, o frustrada por algunos pésimos gobernadores que tuvimos en algunos estados, comenzando por el Táchira, me dice que si va a ejercer su derecho al sufragio este domingo.

Eso quiere decir que mañana pudiéramos tener una de las más altas participaciones electorales que se hayan registrado en nuestra historia, lo cual es muy bueno para la consolidación de la democracia. Todo pareciera indicar que ahora sí, esa gran cantidad de venezolanos que durante muchos años militaba en la abstención, parece haber entendido que el verdadero camino para generar los cambios que el país necesita es la participación. Abstenerse no sirve para nada. Abstenerse es casi que una forma de ayudar al gobierno a mantenerse en el poder. Votar, por el contrario, es una forma de decir que queremos que esto cambie.

Creo que no hace falta decir por quien voy a votar este domingo. Asumo que todos quienes cada semana leen esta columna saben perfectamente cuál es mi inclinación política. Así que no me voy a detener pidiéndoles que voten por la persona por quien yo votaré, porque creo que eso ya todos lo saben de sobra. Pero así como pido el voto para el candidato que tiene mi apoyo, y que estoy seguro es el que va a ganar, también pido a aquellas personas que piensan votar por otro candidato, que salgan a ejercer su derecho de manera democrática y pacífica.

Independientemente de cuál sea el resultado de este domingo, pienso que lo más importante es que Venezuela salga fortalecida y unida. Este país está harto de tanta pelea, de tanto conflicto, de tanto enfrentamiento absurdo. Los venezolanos todos, sin distingo de raza, credo o militancia política, lo que está es hambriento de unidad y reconciliación.

Quienes apoyan el proceso revolucionario y quienes no lo apoyamos, queremos exactamente lo mismo: seguridad, trabajo, educación, salud, vivienda, bienestar, progreso y paz. Cuando uno se pone a hablar con una persona que milita en el oficialismo se da cuenta inmediatamente que esa persona quiere exactamente lo mismo que uno quiere para Venezuela y que son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

El problema es que ha habido gente que se ha encargado de hacerle creer a esas personas que nosotros queremos algo distinto. Y eso no es verdad. Todos queremos lo mismo: queremos una Venezuela que eche palante, una Venezuela donde haya igualdad de oportunidades, una Venezuela donde haya empleo y seguridad para todos.

Pido a Dios todopoderoso que, independientemente de lo que pase este domingo, el lunes 15 de abril tengamos una Venezuela más unida, lista para emprender la reconciliación. Ya basta de tanta desunión. La Venezuela que nace a partir de este momento, debe ser la Venezuela de todos.

Gustavo Azócar Alcalá

@GustavoAzocarA