“El miedo viste de rojo” por @NoelValderrama - Lea Noticias

“El miedo viste de rojo” por @NoelValderrama

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Las más de tres millones de personas que asistieron el pasado domingo no sólo sorprendieron a la oposición sino también hizo que se le “bajaran las medias” al gobierno. La gloriosa jornada dominical se convirtió en la punta de lanza que encendió las alarmas “chavistas”.  

Mientras el lunes toda Venezuela amaneció emocionada y sorprendida por la masiva votación, el gobierno envío a un par de tristes personajes para intentar desprestigiar el evento. De esta forma, el segundo hombre del régimen, vicepresidente del Psuv y presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello y el hombre de confianza del Presidente y canciller de la República, Nicolás Maduro, declararon desde su solitaria sede partidista sobre lo que, según ellos, las matemáticas, la geometría, el álgebra y hasta los números de la “encuestadora” de Jesse Chacón les habían dicho de que era imposible que más de un millón de personas votaran en estas primarias.  

Ambos dirigentes tosían, se les iba la voz, tartamudeaban, se miraban entre ellos, se apoyaban uno al otro, bebían agua, se aclaraban la voz, todo, para intentar decir que era falso el número de asistentes en la contundente jornada. Se inventaron la imposibilidad de que tres millones votaran en ocho horas porque cada persona debía tardar entre 5 y 10 minutos votando, ignorando que el sistema de votación se realiza simultáneamente y no por secuencia. Es decir, que mientras una persona entrega su cédula, otra vota y una tercera moja su dedo en la tinta, todo al mismo tiempo, lo que hace que tres personas voten en minuto y medio. Y así, mientras todos imaginamos que esas declaraciones se quedarían allí, al día siguiente los diablos se soltaron.  

El martes, el gobierno enloqueció. Una orden emanada del Tribunal Supremo de Justicia, acompañada de una abusiva fuerza militar y policial, desnudó a un régimen que no aceptaría las reglas que ellos mismos permitieron. La norma de quemar los cuadernos electorales era conocida por todo el país. El CNE, el gobierno, los candidatos, los votantes, los chavistas, todos sabían que los cuadernos electorales serían incinerados porque fue un acuerdo de la Mesa de la Unida Democrática  con sus electores para evitar que se creara una nueva lista Tascón.

Pero ese día, al gobierno no le importó nada. La orden era ubicar y retener los cuadernos. Pero como dicen por allí,  “tarde piaste,  pajarito”, y cuando la violencia uniformada de funcionarios se presentó en las sedes, se les informó que se podrían llevar las cenizas en una pala o en una caja,  porque los cuadernos habían sido incinerados en su totalidad.  

La violencia y locura desatada por el gobierno que llevó a la muerte de un ciclista durante el día de ese fatídico martes, contrastaron con el evento democrático, cargado de paz y civilismo que observamos en la noche. Todos fuimos testigos de la proclamación del candidato unitario y próximo presidente de la República, Henrique Capriles Radonski.  

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Y al día siguiente, como por arte de magia, militares y policías desaparecieron. La orden fue ignorada y los perros y diablos que salieron un día antes fueron guardados nuevamente. Fue demasiado para el presidente Chávez. Ese miércoles y luego de mandar a sus dos hombres más fuertes para decir que fue mentira la cantidad de personas que votó ese domingo, Chávez cambió de estrategia y dijo que esperaba más personas en la jornada y arremetió contra nuestro candidato democrático.  

Lo cierto es que los papeles se han cambiado y el temor ya no está de este lado. El miedo ahora se viste de rojo.

[Fuente:  @NoelValderrama]

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