El síndrome de Peter Pan: hombres alérgicos al compromiso - Lea Noticias

El síndrome de Peter Pan: hombres alérgicos al compromiso

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Todos crecimos con películas como Peter Pan, la historia del niño de Nunca Jamás que se resistía a entrar en la vida adulta y pasaba el día entre sirenas y piratas.

Una cinta que, lejos del encanto infantil, también parece influenciar a ciertas parejas en las que él cree seguir siendo un niño que puede volar y, en muchas ocasiones, ella se convierte en la perfecta personificación de Wendy, más madre que novia. Así es el síndrome de Peter Pan y los hombres alérgicos al compromiso.

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«Volarás, volarás»: ¿cómo son las personas con síndrome de Peter Pan?

El síndrome de Peter Pan ha sido definido por varios psicólogos como «la incapacidad del hombre para afrontar la madurez y todo lo que ello conlleva». Existe una barrera, un pensamiento más enfocado en los años de niñez y adolescencia que impide asumir la aceptación de esos compromisos a los que las personas solemos estar destinadas, especialmente cuando nos acercamos a la barrera de los treinta años.

Este Peter Pan puede parecer apto en un primer momento: tienden al enamoramiento e, incluso, atraen a las mujeres con sus delirios de rebeldía y juventud eterna. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, y si tú te consideras una mujer madura que sabe lo que quiere, este hombre correrá despavorido, asustado por el compromiso.

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Estas personas viven completamente en una nube en la que siguen existiendo las borracheras universitarias, las road trips entre amigos, los apartamentos donde siguen celebrándose fiestas salvajes y, especialmente, carecen del compromiso para afrontar los pagos de la vida adulta, la estabilidad con la mujer amada y, especialmente, la idea de tener hijos. Y es que, ¿acaso un niño puede plantearse concebir a otro?

La falta de madurez

Muchas veces, esta falta de madurez viene acompañada de una constante fijación con seguir cumpliendo metas individuales en un siglo XXI en el que las opciones son demasiadas. Las personas podemos hacer lo que nos propongamos, viajar por todo el mundo, hacer intercambios de estudio, aceptar ofertas de trabajo en otro país… muchas veces la estabilidad con una persona supone un freno para todas nuestras ambiciones.

Si bien una vez que las cumplimos seguimos sintiéndonos solos, y dependientes de otra persona, se dan cuentan de que han llegado algo tarde a lugares que deberían haber abandonado hace tiempo. Así es la historia del hombre que no quiere crecer pero sabe que debe hacerlo, una contradicción que puede convertirse en un infierno para tales niños voladores.

Y el «síndrome de Wendy»

Por otra parte, estos hombres suelen toparse con mujeres que, también, puede que sufran el «síndrome Wendy»: parecen más madres que hijas, siempre esperan aquello que nunca obtienen de sus parejas, se convierten en sus oráculos y personales asesoras o les lavan la ropa y pagan sus facturas; dependen emocionalmente de parejas inmaduras a las que tratan con imposición ante sus narices pero de las que, en realidad, también son totalmente dependientes.

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A muchos nos gusta pensar que, finalmente, exista una persona que cambie al niño grande, otras, que este propio individuo se desmorone ante un historial demasiado alargado. Posiblemente podríamos entrar en un amplio debate acerca del compromiso, de la «libertad» y la vida en pareja, de las muchas razones que, por otra parte, acortan los compromisos cada vez más. Pero eso, amigos, es otra historia.

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El síndrome de Peter Pan y los hombres alérgicos al compromiso son una realidad en un siglo XXI en el que la transición a la vida adulta se ha visto ligeramente modificadas ante tantas tentaciones y posibilidades, motivos clave para que muchos novios quieran seguir viviendo en casa de sus padres, trabajando sin afrontar facturas por su cuenta o, especialmente, esto y más mediante el compromiso con otra persona. Algo debe tener Nunca Jamás para no permitirles dejar de volar.

¿Has estado con algún hombre así?

Fuente [Imujer.com]

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