Un insólito caso quedó descubierto en el Reino Unido. Dean Andrews tiene sólo 20 años pero aparenta una edad de 160. El joven ha envejecido ocho veces más rápido que lo normal, debido a una rara enfermedad llamada progeria Hutchinson-Gilford.
A los siete años le diagnosticaron la enfermedad, cuando su madre comenzó a notas que en sus primeros pasos tenía demasiadas dificultades. Los doctores le comunicaron que no viviría más allá de su adolescencia.
En sus 20 años, Dean ha aprendido a conducir, tiene cuatro tatuajes y empezó un curso de mecánica en la Universidad. Sin embargo, se vio obligado a dejarlo cuando no pudo acomodarse a los requerimientos de una asignatura.
La progeria produce un rápido envejecimiento y las víctimas de la enfermedad genética son propensas a la artritis, problemas oculares, enfermedades del corazón y la calvicie. Se dice que la edad aumenta ocho veces más que lo normal, es decir, Dean ha sobrevivido el equivalente de 160 años.
Pese a este pronóstico, Dean desafió las predicciones sombrías y sobresalió en la escuela. Ayudado por sus profesores y estudiantes, ha logrado llevar una vida normal.