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El mundo observa a través de los medios de comunicación un fenómeno hasta ahora impensable: la derrota de Chávez y su petrochequera. El todopoderoso candidato presidente, apoyado por el imperio chino, el brasileño y una parte importante de la izquierda mundial, con millones de dólares y bolívares fuertes provenientes de diversas fuentes, entre otras del erario público, está perdiendo las elecciones frente a un joven líder emanado de la renovación política y moral del país. Sí, contra todo pronóstico, Chávez va a perder las elecciones y Henrique Capriles Radonski será el presidente constitucional de Venezuela para el periodo 2013-2019.
Qué ha ocurrido en Venezuela para que estemos al borde de la quiebra de un modelo político con pretensiones totalitarias y hegemónicas? Será posible que un gobierno en plena bonanza petrolera pueda perder las elecciones? La respuesta, de a cuerdo a la totalidad de las encuestas y de este humilde servidor es que si. Chávez va a perder y a 8 días de las elecciones @hcapriles tiene una ventaja de más de 700 mil votos que aumentan día a día, con lo cual es altamente probable que la elección termine definiéndose a favor del candidato del futuro por más de 1 millón de venezolanos.
Las causas que explican la derrota anunciada de Chávez la podemos explicar desde tres ámbitos. En primer lugar, la conexión emocional que ha logrado @hcapriles con las grandes mayorías de los venezolanos. Por primera vez, la oposición tiene un líder que no le habla exclusivamente a los sectores medios de la población, sino que ha tenido la capacidad de construir un discurso transversal que igual interpreta los anhelos de un emprendedor que tiene una unidad productiva grande o mediana que los de un desempleado que deambula por cualquier plaza Bolívar del país, con un periódico debajo del brazo buscando un empleo. La gente se moviliza por Capriles buscando una esperanza, a diferencia de lo que ocurre con el candidato del pasado, que moviliza a la gente con la consigna del odio y la revancha social.
Después habría que señalar que el mermado estado físico del candidato oficialista lo ha limitado para hacer campaña. Hasta hoy, Chávez ha dejado de visitar 9 estados de la República y cuando lo hace se limita a ir a las capitales y hasta ahora no ha hecho más de dos eventos de campaña por día. Recuerden que en anteriores campañas hacía, al igual que lo hace Capriles hoy, tres o cuatro actos por día.
La consecuencia de esta ausencia es que su base no se siente motivada. Imaginen un elector revolucionario en cualquier pueblo del interior, viendo como los dirigentes se pelean a muerte entre ellos, viviendo las consecuencias del colapso del servicio eléctrico, de las carreteras que se derrumban y de la inseguridad que ha cobrado la vida a varias personas cercanas. Ese señor lo único que lo mueve es la presencia de su líder que viene a poner orden y a justificar con su verborrea las fallas de la revolución, pero también trae música, algarabía, subsidios, en fin, una razón para olvidarse de los problemas y de los camaradas corruptos y nuevos ricos. Al no aparecer, como siempre ocurrió en las campañas anteriores, ese camarada no tiene ningún incentivo para salir emocionada a votar por más de lo mismo, es decir, la ausencia del líder necesariamente va a generar abstención en sus bases. De hecho, en el simulacro del fracaso ya ocurrió. De los 7 millones de militantes del PSUV, escasamente lograron mover unos 900 mil.
En tercer lugar, la estrategia de Capriles de colocar la candidatura del oficialismo como el pasado ha sido un acierto político. La gente siempre vota por lo que cree que puede obtener y no por la que ya tiene. Mientras el oficialismo ha puesto énfasis en el agradecimiento por las migajas que han entregado al pueblo, como si ese dinero fuera de Chávez y no de los venezolanos, esa estrategia ha reforzado la tesis de que ellos son la pre historia y de que ahora le toca a Capriles enfrentar los graves problemas de nuestro país sin exclusiones, chantajes sociales o partidización de la sociedad. Nunca antes se le había arrebatado el monopolio del discurso social al gobierno y @hcapriles lo hizo.
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El desarrollo trepidante de la campaña del futuro contrasta con una campaña a media máquina del candidato del pasado, confieso que pensé que Chávez no iba a llegar al final, pero creo que privó la ausencia de liderazgo alternativo en el gobierno por sobre el sentido común, con lo cual sin saberlo le hace un gran favor al país ya que saldrá derrotado por los votos y nos ahorraremos muchos momentos de inestabilidad en el futuro.
El candidato del futuro está ganando y con él toda Venezuela. A nosotros nos toca apoyar el enorme esfuerzo que hace y entender que el país pasó por estos 14 de años de caos debido a los errores que se cometieron, por lo que nuestra generación tiene la obligación histórica y moral de no repetir los vicios del presente ni del pasado. El 8 de octubre Venezuela amanecerá tricolor.
Carlos Valero