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En Tiempo Real: «Quieren “desfaratar” el liderazgo de @hcapriles» por @carlosvalero08

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carlos valeroEn su artículo de ayer el Doctor Carlos Blanco se dedica a atacar a Capriles y a su comando de campaña, acusándolos de arrogantes, sectarios, nepotistas, excluyentes y de cierta ceguera histórica. Imagino que él debe encontrarse dentro del porcentaje que se abstuvo en Chacao o en Baruta, porque si yo pensara todo eso de @hcapriles lo más probable es que hubiese votado por María Bolívar o me hubiese abstenido, o siguiera  a Ojeda o De Lima y sencillamente salto la talanquera. Voy a tratar de desmontar con la sobriedad que el citado no tuvo, los argumentos que usa para, parafraseando a Aristóbulo, desfaratar el liderazgo de Capriles.

Lo primero que habría que señalar es que una vez concluyeron las primarias, donde no sólo resultó electo Capriles, sino también 23 candidatos a gobernadores y 335 candidatos a las distintas alcaldías, el equipo que salió victorioso propuso que la jefatura de campaña en cada estado y municipio la asumieran los elegidos por sus comunidadades, respetando la decisión de la mayoría. Ello evitó que ni los candidatos de los partidos tradicionales como los provenientes de partidos nuevos o de ex chavistas capitanearan la campaña. Esa fue una decisión estratégica que dejó la campaña, por ejemplo,  de Anzoátegui en manos de Barreto Sira, militante de AD, así como unos 100 candidatos a alcaldes de AD fueron jefes de los comandos en cada una de sus municipios. Muy sectaria la decisión.

Sobre la segregación a quienes critican el abuso y el ventajismo por parte del CNE es otra falacia grosera. @hcapriles y todo el comando denunciaron hasta la saciedad los usos y abusos de los recursos del estado en la campaña del candidato oficialista. De hecho, se entregaron formalmente 106 denuncias en 109 días de campaña. Ahora, pareciera que algunos pretendían  que la campaña de Capriles se dedicara exclusivamente a temas institucionales, que como todos sabemos no son precisamente los que mueven el sentimiento de  los electores. Ya la oposición transitó ese estilo en el pasado cuando todo el mundo hablaba únicamente sobre esos temas y los resultados electorales fueron mucho más precarios. Es probable que exista un “mejor equilibrio” entre la denuncia y el discurso efectivo y propositivo, pero negar que Capriles y su comando no lo hayan hecho es mezquino y mal intencionado, basta recordar las veces que el ex candidato opositor pedía una horita en cadena para debatir.

Con relación a las palabras de Capriles sobre la vieja política, habría que decir que evidentemente una gran parte del país cree que los partidos, viejos o nuevos, deben pasar por un proceso de renovación política como ocurrió en México, en donde a un partido tan hegemónico como el PRI le tocó hacer esta tarea y en el último proceso electoral salieron favorecidos. Sin embargo, nunca he escuchado o leído que Capriles utilice terminología propia de la forma fraudulenta chavista de reinventar la historia como  cuarta república o ese tipo de adjetivos. Yo comparto la tesis de que deben imponerse nuevos paradigmas de hacer política, modernos, vinculados a los más necesitados y en permanente contacto con las necesidades y anhelos de la gente. Hay quienes critican a Capriles porque prefiere conversar horas con unos vecinos de Los Valles del Tuy o de Petare a hablar horas con líderes de partidos políticos, eso es válido pero no  demuestra sectarismo o arrogancia. Es una nueva forma de hacer política que bastante falta le hace al país en estos tiempos, muchas veces el diálogo entre políticos es muy nutrido en diagnósticos y vocabulario pero muy sordo con respecto a lo que siente y necesita el pueblo.

Con todo respeto creo que hay mucha ceguera histórica en gran parte de la “élite venezolana” que no se acostumbra a que la conducción de los destinos de la oposición ya no se decida íntegramente en el comité ejecutivo de algunos partidos y en coordinación con sus intelectuales orgánicos.  Creo que la campaña de Capriles pudo haber sido mejor en algunos aspectos como por ejemplo la campaña sin el candidato y definitivamente se debió hacer un mayor esfuerzo de integración y participación de todas las fuerzas políticas y sociales, pero de ahí a calificarla de arrogante, sectaria, excluyente, etc., hay una enorme distancia. Se decidió una línea estratégica y Capriles y muchos casi dejamos la vida en esta gesta y lo seguiremos haciendo. Ha costado un enorme esfuerzo posicionar un liderazgo que vaya más allá del anti Chávez y lo menos que podemos hacer frente a los desproporcionados recursos del gobierno es tratar de preservarlo, lo que no implica para nada dejar a un lado las críticas positivas y los consejos para un mejor desempeño. 

Aquellos que no superaron la diatriba de las  primarias le hacen un flaco favor a la unidad. Bastante difícil la tenemos luchando contra Chávez y su caja chica, el presupuesto público y los recursos de sus aliados en el mundo. Nosotros tenemos la razón política y ética,  por ello más temprano que tarde ganaremos sobre el abuso y la barbarie, pero en la medida que los intelectuales se preocupen más por su ego y ansias de poder que en desmontar las falacias de la revolución y entender las motivaciones de las grandes mayorías para generar un discurso que nos conecten con ellas, Chávez y sus acólitos contarán con unos aliados adicionales.

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Por Carlos Valero/ @carlosvalero08

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