Su discurso es mucho más pausado, aunque por momentos no puede contener el hablar acelerado y el «cantaíto» caraqueño que tanto la ha caracterizado. Érika de la Vega inició una nueva etapa con Telemundo Internacional que ha representado cambios para su vida profesional y personal.
El pasado 6 de abril, la animadora y locutora venezolana hizo su regreso a la pantalla chica por la puerta grande con el estreno de El show de Érika, casi late night. Un programa que significa para ella una nueva oportunidad de internacionalización, tras conducir desde 2007 a 2009 Latin American Idol; y en el caso de la cadena televisiva, una gran prueba por ser su primera gran producción original.
El espacio se transmite todos los domingos a las 10 de la noche en un formato donde, una vez más, el humor se convierte en su aliado para conectar con el público. De hecho, no teme confesar que hay muchos elementos de Érika Tipo 11 -su anterior show en Venevisión Plus- que incluyó en esta producción, como por ejemplo, los monólogos.
«Sin la experiencia anterior no hubiera podido echar para adelante un proyecto como el que conduzco ahora», dice vía telefónica, desde Miami, ciudad estadounidense que desde el año pasado se convirtió en su nuevo hogar junto a su esposo y su hijo Matías, de cinco años.
La mudanza y tomar lecciones para ralentizar su manera de hablar, y así darse a entender mejor ante el público hispano, han sido algunas de las novedades de vivir en otro país y ser parte de una nueva casa televisiva.
El otro desafío fue hacer contenidos con gracia y calidad universal; divertidos no solo para sus seguidores venezolanos sino también para toda la audiencia latinoamericana.
Una tarea en la que se apoya en el mismo equipo de producción que la acompaña desde hace años y la ha ayudado a desarrollar otros productos, desde Érika Tipo 11 hasta Erikatipoweb.com, su página online de noticias y novedades.
En conclusión es la misma Érika, con su misma elocuencia pero en un formato más internacional que le permite mostrar la pericia de una animadora que ya suma más de 15 años de trayectoria en radio y televisión.
Ni tan tarde, Diente por diente, Latin American Idol, Érika Tipo 11… ¿de qué le sirvieron las experiencias anteriores para producir y conducir este nuevo programa?
«Todo ha influido para llegar a este punto, no solo mi paso por la televisión sino por la radio. Ya son más de 15 años frente a los micrófonos; y aclaro que empecé chiquita (risas). Pero sin duda, hacer un programa radial todos los días me ha dado las herramientas necesarias para desarrollar proyectos en televisión y en la web, porque me ha permitido mantener un ritmo creativo.Érika Tipo 11 también influyó, marcó un antes y un después, porque fue el primer proyecto que produje y me preparó para esto».
¿Cómo hacer los contenidos internacionales cuando en sus programas había tanta carga de idiosincrasia criolla?
«Más caraqueña que yo es Ligia Elena y sí, hacerlo universal fue todo un reto. Pero siento también que en los monólogos había temas que nos tocan a todos, como los divorcios, los ex, el despecho, que los hombres ven el fútbol de una forma y las mujeres de otra… Son temas que todos hemos experimentado sin importar la ubicación geográfica, y ese fue el trabajo que hicimos».
¿Telemundo Internacional le hizo alguna exigencia para ser parte de su staff, como rebajar o cambiarse el look?
«Quitarme los kilos de más me lo digo a mí misma desde los 15 años (risas). Si vas a hacer televisión, la imagen es importante; después de muchos años lo entendí porque al principio fui rebelde. Pero sí, tuve que hablar más lento y pronunciar mejor. Dejar de comerme la ‘s’ y la ‘j’, porque de nada vale hacer un programa para Latinoamérica y que la mitad de los televidentes no te entiendan. Tampoco es que hablo como en las telenovelas (‘mayameras’); el humor tiene mucho que ver con el delivery, cómo sueltas el chiste, cómo lo cuentas. Y si cambiaba mucho mi voz, no iba a ser yo».
Y además de adaptarse a un nuevo canal, ¿cómo fue hacerlo en un nuevo país?
«Los cambios son difíciles. Mientras menos resistencia se tenga, es más fácil sobrellevarlos. Yo me vine el año pasado, pero viajo en promedio dos veces al mes a Caracas por mis compromisos. Yo no he cortado contacto con mi país».
¿Y cómo se ha adaptado su hijo Matías?
«A Matías creo que no le quedó otra que adaptarse. Debo darle un poco de tiempo, no presionarlo y dejar que las cosas se vayan desarrollando. Además, mi familia es cubana y muchos tienen años acá (en Miami). Aquí viven mis padres, abuelos, tías y hermanas. La familia de mi esposo sí está en Caracas, vamos y venimos. Pero Matías de alguna u otra forma se está criando cerca de su gente».
Ahora que Miami es su hogar, ¿se llevó algo para sentirse cercana a Venezuela?
«A Venezuela me la llevo adentro, no me hace falta ningún símbolo para sentir que estoy cerca de mi país. No me siento lejana ni distante ni desligada. Hago radio todos los días. No ha sido una separación ni una mudanza definitiva».
¿Veremos a Luis Chataing en la silla de entrevistado en algún programa?
«Me encantaría hacerlo. Ojalá haya muchas temporadas de El show de Érika, casi late night para tener a Chataing y a muchos venezolanos más, porque hay mucho talento afuera triunfando. Para mí trabajar con Luis es siempre un placer porque no es fácil conseguirse a alguien tan similar, como nos pasó a los dos. Y saber que tá cerca y que siempre podremos trabajar de nuevo juntos me proporciona una gran tranquilidad».
[Fuente: estampas.com]