Brindar un ambiente de confianza y seguridad hará que el niño se sienta más cómodo durante sus primeros años lo cual contribuirá al desarrollo de su inteligencia
La paternidad es una de las cosas más importantes para quienes traen un hijo al mundo. Este rol requiere un conjunto de responsabilidades, así como desarrolla un vínculo fuerte entre el niño y el adulto. Los primeros años de vida del ser humano son los más importantes para su crecimiento por lo que sus éxitos o fracasos en el futuro dependerán, en una parte, de la atención y los cuidados que les brindemos.
Muchos padres suelen preguntarse: ¿existe una forma de potenciar la inteligencia de mi hijo? Acerca de esto se han hecho diversas investigaciones y muchos estudios han concluido que la confianza es clave para el desarrollo del infante. Mientras más seguridad se le demuestre al niño desde pequeño estará mejor preparado para afrontar el mundo. De igual forma es importante fortalecer el vínculo que los une a sus padres.
Sin estrés
La ansiedad y el estrés es una condición que suele afectar la salud física y emocional de las personas. Desde el momento del nacimiento las neuronas del cerebro del infante absorben todos los estímulos que reciben y poco a poco van aprendiendo ciertas conductas.
El proceso de aprendizaje ocurre poco a poco y los bebés comienzan a asociar por observación y repetición. Crecer en un ambiente tranquilo les permitirá entender y comprender el mundo de forma más sencilla ya que no contarán con tantas distracciones que dificulten este mecanismo.
Comunicación
Una de las formas más fáciles de socializar con tu hijo es narrándole tu día. El hecho de que los bebés no hablen no quiere decir que no puedan entenderte. De acuerdo a la editora del libro, Reglas cerebrales para bebés, Tracy Crutchlow, los niños a los que se les habla con frecuencia antes de los 3 años suelen tener un coeficiente intelectual 1,5 veces más alto que aquellos a quienes no se les habla.
Crutchlow también señala que comunicarte mediante la palabra con tus hijos también te brinda la oportunidad de que ellos puedan aprender a leer y escribir más rápido. Por esto, cuando les hables procura realizar descripciones (el cielo azul, las hojas verdes) así como emplear distintos tonos de voz de acuerdo al mensaje que desees transmitir. También puedes señalarle el objeto de la palabra que quieres que aprendan, la comunicación es la base para una relación efectiva.
Expresiones faciales
Si en ocasiones quieres hacerle una cara graciosa a tu hijo o sonreírle procura tener un contacto con él “cara a cara”. Ross Flom, profesor asociado de psicología y neurociencia de la Universidad Brigham Young de Utah, explica que las emociones son una de las primeras cosas que reconocen los bebés.
Estudios arrojan que los infantes reconocen las expresiones faciales de sus padres a partir de los 4 meses de edad. A los 5 meses son capaces de comprender las emociones en los rostros de personas desconocidas y a partir de los 8 comprenden los gestos de un perro o un mono.
Reforzadores
Algo tan sencillo como una sonrisa, un cariño o un “muy bien, sigue adelante”, es vital para el desarrollo de tu hijo. Los bebés, cuando comienzan a gatear suelen mirar a sus padres para saber si la conducta que están realizando es correcta. Por esto demuéstrale tu aprobación cuando hagan algo correcto, así como tu rechazo a las conductas que no deben realizar.
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