La palabra “estúpido” muchas veces es tomada como una ofensa o grosería; sin embargo, el significado va mucho más allá. Según información de la Real Academia de la Lengua, se trata de una persona necia o, en su defecto, con falta de inteligencia. Fuente.
Y precisamente este adjetivo es el que inspiró a un investigador de la Universidad de Cambridge.
Balacs Azcel, es el nombre de quien se dio a la tarea de pedirle a 500 estudiantes que le relataran 10 ejemplos de estupidez, ya fuera propia o ajena, y que conocieran de primera mano.
Una vez con estas historias, Azcel se dedicó a clasificarlas, encontrando que todas podían dividirse en tres diferentes grupos de estupidez.
Según publica QUO España, el investigador catalogó la estupidez en estos tres tipos:
1: El primero, sería el de aquellas personas que sobrevaloran sus propias capacidades, lo que las lleva a correr riesgos innecesarios. Generalmente, lo que emprenden acaba mal y suele producirles algún tipo de perjuicio. En ocasiones, incluso, ese daño se lo causan a terceros.
2: La segunda clase engloba a todas aquellas personas que, disponiendo de las capacidades necesarias para hacer algo bien, lo acaban haciendo mal porque no han prestado suficiente atención, lo que siempre hemos llamado despistarse. Por supuesto, nadie está libre de entrar en esta categoría en determinados momentos de su vida.
3: Y la tercera es la de aquellas personas que sienten impulsos irrefrenables de hacer algo, por muy delirante, peligroso o disparatado que sea. Estas personas pueden ser conscientes o no de los riesgos que acarrea su acción, pero de cualquier forma no pueden evitar realizarla.