Tiempo después de haber sido tatuada con 56 estrellas en la cara, la joven Kimberley Vlaeminck quiso eliminar con láser las mismas figuras, pero sin éxito pues su dinero aún no le alcanza.
En un principio, la joven belga dijo que se quedó dormida y su tatuador continuó haciendo más y más diseños hasta convertir su cara en un evento astronómico. Sin embargo, tiempo después se desmintió a sí misma en un programa de televisión holandés, donde dijo que estuvo despierta en todo momento pero que mintió por miedo a la reacción que podría tener su padre.
El hombre que le plasmó los diseños, por compasión se ofreció a pagar la mitad del costo de la cirugía láser, pero tiempo después se arrepintió. Contó a la prensa que ahora hace firmar a sus clientes una autorización antes de dibujar cualquier tatuaje.
[Fuente: Agencia]