La llegada al poder del partido nazi (Partido Nacional Socialista Obrero Alemán) en 1933, dio inicio a una estrategia de comunicación, la cual fundó el ministerio de ilustración pública y propaganda, dirigida por Joseph Goebbels, así lo indica el sitio ushmm.org
Su objetivo era asegurar que los mensajes nazis fueran comunicados con éxito a través del arte, utilizando como medios la música, teatro, cine, libros, radio, materiales educativos y la prensa.
El mensaje de la propaganda nazi, tenía como función recordar la lucha contra los enemigos extranjeros y la subversión judía, generando un ambiente de tolerancia de la violencia contra judíos y la aceptación de las medidas propuestas contra ellos, dando a conocer al gobierno como «restaurador del orden».
Fue así como según historiamundo.com, al incluir a las expresiones artísticas el mensaje nazi, su ideología logró ser aceptada a nivel nacional, convirtiendo al partido en una institución de masas, reemplazando a otros que habían sido más poderosos, como el Partido Comunista alemán, los democráticos, los conservadores, entre otros.
Si bien Hitler era un excelente orador, no hubiera logrado tener tanta fuerza sin el apoyo de su ministro de propaganda. Con información de los sitios antes mencionados y laksamanabukitbintang.com, Conoce las 10 técnicas de propaganda nazi.
1. El Führer. Sin duda la principal herramienta del partido nazi fue el culto al Füher, Adolph Hitler, quien era alabado por sus aliados y enemigos, reconociéndolo como un carismático orador, quien lograba mover grandes multitudes en un nivel prácticamente emocional. También, mantener su imagen pública en todos los elementos nazis fue parte de la estrategia, sería imposible pensar en la actividad nazi, sin considerarlo a él como el corazón del movimiento.
2. Música y Ópera. Existían tres compositores que según Hitler, representaban lo mejor de la música alemana, se trata de Ludwig van Beethoven, Anton Bruckner y Richard Wagner, siendo el último el más estrecho con la Alemania nazi.
Wagner sostuvo algunos puntos de vista polémicos hacia los judíos, publicó un ensayo en 1850, donde acusaba al judaísmo de envenenar la cultura popular. Los nazis tomaron parte de su trabajo y seleccionaron lo que mejor les parecía para sus propósitos, apropiándose del romanticismo y la agitación de un pasado alemán idealizado y omitiendo el resto de la obra.
3. Religión, mitología y cuentos populares. El pueblo y la tradición fueron puntos muy importantes para los nazis, así como la mitología y los cuentos populares. Aunque el punto de vista del partido y de Hitler respecto a la religión resultaba ser complejo y confuso, reconocieron su poder, al igual que el de la simbología ocultista.
Las imágenes cristianas, al igual que de los dioses teutones, fueron evocadas frecuentemente en el arte de la propaganda nazi, con el fin de reforzar la idea de una antigua cultura alemana y elevar el nacionalismo nazi.
Al parecer, también la espiritualidad oriental llegó a ser de interés para altos funcionarios, pues existía la creencia de que los nazis en Thule, que era una especie de Atlantis nazi, donde se supondría que se originó la raza aria.
4. La propaganda anticomunista. Tanto el partido comunista, como el marxismo internacional, eran vistos como fuertes rivales para la Alemania nazi. Por ello se realizó una campaña para combatirlos, y ésta se apoyó en el cine.
Las películas retrataban a los comunistas como vulnerables y carentes de ideas propias, mientras que en carteles se enfatizaba la supremacía del pueblo alemán respecto a sus homólogos soviéticos, los cuales al principio, Hitler llegó a compararlos con los judíos y a promover su odio casi con el mismo fervor.
5. «Mein Kampf». La extensa autobiografía escrita por Hitler, mientras se encontraba en prisión, la cual lleva por título «Mi lucha», combina elementos de su propia vida con la ideología política, violenta y de argumentos raciales.
Dicho libro fue sin duda una obra controversial debido a su contenido, pero desde su publicación en 1925, y especialmente durante la época de Hitler en el poder, tuvo gran éxito, produciéndose más de 10 millones de copias.
Como era de esperarse, no todo el mundo se mostró entusiasta con el libro, e irónicamente tampoco, uno de los más cercanos aliados políticos extranjeros de Hitler, Benito Mussolini, quien llegó a calificarlo como «Un libro aburrido que nunca he sido capaz de leer.»
6. Prensa. El periodismo escrito siempre ha sido un medio poderoso en el pensamiento y opinión de las masas. El periódico nazi más importante, fue el Der Stürmer (El Atacante), que a pesar de encontrarse separado del régimen del partido oficial, era una parte crucial de la guerra de propaganda.
La publicación de Julius Streicher, con su estilo sensacionalista, de contenido colérico antisemita y obsceno, se ganó la preferencia de funcionarios del partido, el mismo Hitler alabó su eficacia en términos de «hablarle al hombre de la calle» y también declaró haberlo leído con placer desde la primera hasta la última página.
7. Cine. Una forma de dar a conocer el mensaje en cierta esfera social, fue a través de las películas, por lo que se creó en 1933, un Departamento de Cine, con el objetivo de difundir el punto de vista nacional socialista a todo el pueblo alemán.
Dichos mensajes se difundieron mediante sesiones de cine, las cuales eran populares en las ciudades alemanas.
Hitler y Goebbels tenían gran gusto por el medio y frecuentemente proyectaban películas en sus casas. Dos de los ejemplos más famosos del cine nazi son: El triunfo de la Voluntad, que documenta el rally de Nuremberg de 1934, y El judío Errante, una cinta de 1940, que ataca al pueblo judío con una narrativa de documental.
8. Radio. La radiodifusión fue reconocida por los nazis como una de las herramientas propagandísticas más importantes en sus campañas. En 1933, el Ministro de Propaganda nombró a la radio como la octava potencia y predijo que en el siglo XX la prensa sería lo que llegó a ser en el siglo XIX.
Un plan del gobierno alemán, subvencionó la producción y la venta de aparatos de radio a bajo costo. Conocido como el Volksempfänger (Receptor del pueblo), tenía un alcance limitado a las estaciones locales de Alemania y Austria.
Gracias a esto, la voz del partido llegó a todos los hogares del país. Al inicio de la guerra, casi toda la nación había caído bajo el hechizo de la radio y fue bombardeado con discursos y noticias diseñadas para dar el mensaje nazi.
9. El antisemitismo. Después de los resultados de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba en una situación económica precaria, con cientos de miles de alemanes sin trabajo.
El partido nazi culpó a los judíos de ser una raza parásita, que se adjuntaba a las naciones capitalistas para desestabilizar la economía y la cultura alemana. Los fanáticos antisemitas de Hitler se hicieron más presentes en la política del partido nazi, una vez que éste llegó al poder en 1933.
En carteles, arte, dibujos animados y películas, los judíos fueron equiparados con ratas e ilustrados como avaros y ladrones.
10. Carteles. Hitler y sus líderes comprendieron el poder de la propaganda a través del cartel, por lo que en Alemania como en los territorios ocupados, dichos afiches eran un medio eficaz de comunicar las principales políticas nazis, por medio de imágenes simplificadas y metafóricas.
Mientras en territorios alemanes los carteles se enfocaban en reforzar la moral de los trabajadores, emitiendo mensajes como «¡Tú eres el frente!»; en el extranjero los carteles transmitían un mensaje romántico del partido nazi, como una fuerza del bien, en los que utilizaban frecuentemente imágenes de estilo religioso que presentaban a Hitler como un héroe libertador.