«La lección que le dieron los panameños a los venezolanos», por @EnriqueVasquez

Panamá tiene nuevo presidente. La mayoría de los venezolanos opositores, vivan o no en esta nación centroamericana, simpatizaban con José Domingo Arias, candidato del partido Cambio Democrático apoyado por el presidente Ricardo Martinelli. Mientras tanto los chavistas, como lo puso en evidencia el propio Nicolás Maduro, apoyaban a Juan Carlos Navarro, el abanderado por el PRD. Para sorpresa de ambos extremos resultó que el pueblo panameño, muy sabio desde mi punto de vista, se decantó por la tercera opción y confió los destinos del país al señor Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista, socialcristiano de centro derecha.

Tuve la oportunidad de ir a Panamá faltando poco más de un mes para el proceso electoral de este 4 de mayo y, como buen venezolano altamente politizado desde hace tantos años, indagué sobre la preferencia de los residentes y nacionales del istmo de cara al proceso electoral.

En ese momento, el favorito de las personas con quienes conversé era Juan Carlos Navarro (aún no se había hecho público el apoyo por parte de Nicolás Maduro, hecho que estoy seguro tuvo impacto en el resultado final de la elección), pero los motivos no eran su programa de gobierno, ni el carisma o promesas hechas. La razón principal era casi unánime y, parafraseo la opinión que recibí de taxistas, pasajeros de Metrobus, señora que limpia en el hotel, botones, recepcionistas, mesoneros en los bares o restaurantes, vendedores de las tiendas de ropa, en fin, de todo tipo de panameños con los que conversé: “En Panamá ningún partido repite. No importa si fue bueno o malo. Si repite se acostumbra a estar en el poder y luego nos montan una dictadura, y ya los gringos no van a venir a salvarnos como lo hicieron cuando Noriega”.

La verdad es que yo, como venezolano, en un primer momento me sentí confundido con esa manera tan “simplista” de ver los procesos políticos, pero poco a poco entendí que, para una nación latinoamericana, esa es la única posibilidad de asegurar que el país salga adelante y evitar que se monten neodictaduras electorales como la que tenemos en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina, entre otros.

Los panameños el día de hoy le dieron una lección de democracia muy fuerte a todo el continente, pero más que nada a los venezolanos, que nos encanta entrometernos en los procesos políticos de los demás países en vez de solucionar los que tenemos aquí, y digo lo anterior porque primero cumplieron con su premisa básica: “Aquí no repite ningún partido político”, y aparte de eso mataron dos pájaros de un tiro, le dijeron a los venezolanos que estaban en Panamá haciendo campaña por Arias que en ese país son los panameños quienes deciden y al mismo tiempo le dijeron a Maduro y a los chavistas que dejen de meter las narices en Panamá, al dejar a Navarro en un tercer lugar.

Si bien Martinelli hizo cosas buenas y cosas malas, definitivamente después de su gobierno Panamá no será la misma. La puso en el punto de mira internacional como un eje de crecimiento económico más allá del canal y la posicionó definitivamente desde el punto de vista turístico.

También hay que reconocer que el panorama político de ese país es otro, ya que a raíz del resultado de las elecciones de hoy, ya no son dos, sino tres los actores importantes que se disputarán los comicios de ahora en adelante, siendo el Panameñismo la primera fuerza política del país, seguidos por Cambio Democrático de Arias y el PRD de Navarro con la medalla de bronce.

Para los venezolanos, lo positivo de este resultado es que probablemente no haya cambios significativos en la política migratoria ni económica de ese país centroamericano y, al no haber ganado el candidato de Martinelli, se perfila claramente el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre dos pueblos hermanos, el panameño y el venezolano.

 

Enrique Vásquez

@EnriqueVasquez