«Los consejos de Napolitan» por @GustavoAzocarA

Joseph Napolitan, el padre de la consultoría política, escribió en 1986, durante una Conferencia presentada en la Asociación Internacional de Asesores Políticos, las “100 Cosas que he aprendido en 30 años de trabajo como asesor de Campañas Electorales”.

Escogí estos diez consejos de Napolitan, que creo no le hacen nada mal a nuestro próximo Presidente Henrique Capriles, y muy especialmente, a todos quienes estamos trabajando por su triunfo:

1. La estrategia es el factor individual más importante en una campaña política. Una estrategia correcta puede sobrevivir a una campaña mediocre, pero incluso una campaña brillante puede fallar si la estrategia es errónea.

2. El efecto del “voto ganador” no existe. La teoría generalmente aceptada de que mucha gente vota por el presunto ganador de unas elecciones por estar con quien gana, es falsa. Muchas campañas están dedicadas a demostrar que el candidato ganador es el suyo. Filtran encuestas a la prensa demostrando que su candidato va por delante de los demás, esperando que los electores se movilicen para estar con el ganador. De hecho, ocurre lo contrario: los seguidores de un candidato que no tiene la victoria asegurada suelen trabajar más, mientras que los seguidores del candidato que “supuestamente” tiene las elecciones ganadas tienden a confiarse y a movilizarse menos.

3. La cantidad de asistentes a los actos políticos tiene poco que ver con el voto. No siempre quien moviliza mejor a sus seguidores tiene garantía de obtener más votos.

4. Las encuestas son esenciales, pero no hay que dejarse engañar por ellas. La única razón práctica para hacer una encuesta es obtener información que ayude a ganar las elecciones. Si la encuesta no va a hacerlo, es mejor gastar el dinero en otra cosa. Quizás la información menos importante de una encuesta es quién va por delante en un momento dado. No se puede dirigir una campaña sin encuestas adecuadas, pero no se puede depender exclusivamente de ellas. Tampoco hay que hacerlas públicas a menos de que haya una rara y extremadamente buena razón para hacerlo.

5. Los spots de televisión que muestran grandes multitudes tienen escaso valor real; sólo hacen sentirse bien al candidato. Resulta siempre mejor mostrar al candidato explicando a la gente qué hará por ellos si sale elegido.

6. La cantidad de dinero a gastar es menos importante que cómo se gasta. Nadie puede negar que es mejor tener todo el dinero que haga falta para hacer una campaña, pero no siempre el candidato con más dinero gana las elecciones. Hay muchos factores a tener en cuenta, pero seguro que uno de ellos es cuán eficazmente se gasta el dinero disponible. Es fácil malgastar dinero en campañas políticas — y muchos candidatos lo hacen —- Y ocasionalmente es posible ahogar a un oponente en un mar de dinero. Pero en la mayoría de las campañas, considerando que cada candidato tiene al menos la cantidad mínima de dinero para organizar una campaña normal, el probable ganador es el que gasta mejor su dinero.

7. Hay que asegurarse de que el mensaje sea claro y comprensible. La definición de una estrategia global implica definir el mensaje o mensajes correctos para ser comunicados a los grupos sociales que son nuestro objetivo o a la sociedad como conjunto. Sea cual sea el mensaje, debe ser claro y comprensible para todo el mundo.

8. Nunca hay que subestimar la inteligencia de los votantes ni sobreestimar la cantidad de información a su disposición. El electorado no es estúpido. Pero a menudo no tiene información suficiente a su disposición para tomar la decisión correcta, es decir, apoyar a nuestro candidato. No es responsabilidad del elector buscar y obtener esa información; es nuestra responsabilidad ofrecérsela en bandeja de plata si es necesario. Si, al final de una campaña, los votantes no entienden aún lo que el candidato intenta decirles, eso es culpa del candidato, no de los votantes.

9. La percepción es más importante que la realidad. Si los votantes creen que el candidato A es un hombre honesto, éste puede robarles sus carteras y salir bien librado; si creen que el candidato B es un ladrón, será inútil que cuatro cardenales y 16 obispos testifiquen a su favor.

10. Hay que dejar que el candidato le hable a la gente. Hay una tendencia a hacer muchos spots en los que el candidato nunca habla directamente a la gente. Se trata de un error. La gente quiere ver y oir al candidato. Los spots del candidato mirando a la cámara y hablando directamente a los electores sigue siendo una de las más efectivas armas de nuestro arsenal.

 

Por: Gustavo Azocar Alcalá / @GustavoAzocarA