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Un estudio realizado por médicos de Nueva Zelanda concluyó que la causa de la muerte de Natasha Harris, quien falleció en el 2010, fue producto del consumo excesivo de Coca-Cola.
Harris bebía 10 litros diarios de la sustancia gaseosa, lo que sobrepasa dos veces la dosis moderada de cafeína en el organismo. Poco antes de su muerte, a la neozelandesa se le habían caído todo los dientes, según informó Actualidad.
En cuanto a la empresa que fabrica la bebida, se niega a creer lo que dicen los especialistas, ya que dicen que es «imposible» que una mujer muera por culpa de la Coca-Cola.